Por Elida Thiery (Bichos de Campo) - En 1968 el Instituto Nacional de Tecnología Industrial empezaba su camino en el sector con el Centro de Investigaciones Tecnológicas de la Industria Láctea (CITIL), casi una década después la necesidad de contar una una nueva sede en medio de la cuenca santafesina se imponía.
Impulsado por el Centro de la Industria Lechera, por la Junta Intercooperativa de Productores de leche, con la cesión del terreno por parte del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, fue en Rafaela sobre la Ruta Nacional 34 que se dispuso el espacio para que las empresas lácteas se desarrollen e innoven con una mirada sobre lo que hoy se conoce como la Región Centro, donde la lechería es fundamental.
La metrología, la investigación, el desarrollo, la asistencia técnica es lo que guía la tarea de esta institución que está detrás de cada avance industrial y que resulta estratégico para un sector emblemático de la producción nacional.
Fue el 5 de agosto de 1983 que se inauguró el primer edificio que hoy se complementa con otras tres unidades de trabajo, laboratorios y una planta de producción modelo, además de las oficinas de metrología y tareas generales de la institución, para otros sectores.
Desde comienzos de los ´90 se desarrollaron las matrices lácteas de referencia que tienen la marca SiCeCal (Sistema Centralizado de Calibración), que en combinación con los ensayos de aptitud de la Redelac, conforman un sistema integrado para todos los laboratorios a partir de lo que se estandarizan los análisis y los desarrollos.
Una década después se concreta un acuerdo con la Unión Europea con la que se acredita la norma ISO 17.025 que es fundamental para el relevamiento constante de materia prima y productos que generó la extensión de una red de laboratorios habilitados para tal fin.
Para 2004 se concretó el primer concurso de quesos, en la entonces Mercoláctea de San Francisco y esa conducción técnica hizo que se extiendan los criterios, incluso internacionalmente.
Con intercambios constantes de nivel internacional, es sin dudas el INTI Lácteos un espacio de referencia desde donde por ejemplo se desarrollaron productos a partir del suero, trabajos sobre el ambiente, la reutilización de residuos, de subproductos, siempre orientados al desarrollo y la transferencia tecnológica para el crecimiento del sector.
Es la interacción público-privada la que distingue a este espacio, a su expansión y a su constante actualización.
Para Jorge Speranza, director del área de Metrología Química y artífice de este núcleo científico, “en estos 40 años del INTI Lácteos, sede Rafaela, uno se pone a hacer un racconto de todo lo ocurrido y este centro desde siempre tuvo como meta ser referencia a nivel metrológico.
Pertenecemos al organismo metrológico argentino y como laboratorio siempre nos propusimos ser referencia, a partir de manejar metodologías que aún persisten y provienen de la Federación Internacional de Lechería, de la cual fuimos parte mucho tiempo y lamentablemente no continuamos, pero es el origen de todo esto”.
Se entiende entonces la importancia de pertenecer, de generarle a los profesionales del sector la posibilidad de avanzar en investigación, en desarrollos y que ese conocimiento se traslade de manera directa a las empresas para que los productos argentinos estén a la altura de la demanda internacional, con mismos estándares y criterios.
Mientras el destino nacional en la FIL se definirá durante el mes próximo, Speranza se enfoca en un concepto concreto, “tenemos una producción de leche que excede al consumo interno y hay que venderla, para eso necesitamos ciertos parámetros. Lo que se necesita es cierta trazabilidad a nivel nacional, por nuestras empresas y para poder pagarle a nuestros productores como les corresponde por calidad, e internacionalmente porque si exportamos podemos evitar barreras paraarancelarias que podrían aparecer por diferencias entre mediciones”.
En su charla con Bichos de Campo asegura, “nosotros garantizamos la trazabilidad de la materia prima y los lácteos, produciendo desde Rafaela, para todo el país y para Sudamérica los materiales de referencia que van a ser los que se utilizan para calibrar los equipos que miden los parámetros en cada empresa y en cada laboratorio nacional. Nosotros participamos a nivel internacional para poder tener esa trazabilidad que necesitamos”.
INTI Lácteos es único en el sur del continente y en las próximas semanas recibirá a profesionales brasileños que intentarán aprender su funcionamiento, sus estrategias para poder replicar algo de esto en el vecino país que tiende a crecer en el sector lechero propio, pero necesita contar con los parámetros de control y producción que en Argentina forman parte de la cotidianeidad.
En el acto donde se descubrió una placa que destaca al Edificio 2 con el nombre del Ing. Rodolfo Gallino, referente histórico de la sede, la presidente del INTI a nivel nacional remarcó la tarea de los hombres y mujeres que cada día trabajan para que las industrias de todo el país no detengan su crecimiento.
En pandemia, mientras las empresas lácteas no frenaban para que los alimentos no escaceen, desde estos laboratorios se trabajó para complementar el seguimiento de la calidad, acompañando la demanda de las industrias, pero también de los prestadores de servicios para el sector.
Sandra Mayol, presidente del INTI, destacó la importancia de este centro, su influencia en la cadena lechera y el cumplimiento del objetivo central del organismo, “acompañar el desarrollo productivo de cada región, por tener representación en todo el país siendo parte de lo que queremos, se todos los días una Argentina mejor”.
Acompañada por su vicepresidente, Jorge Schneebeli, puso de relieve la capacitación constante del personal, la búsqueda constante en la transferencia. “En estos momentos, el INTI como organismo se siente un poco abrumado por algunos comentarios de algunos sectores que desconocen a la ciencia y la tecnología, a pesar de todo el conocimiento que tienen ustedes”, le dijo a los trabajadores presentes en el acto.
Con el reconocimiento a quienes llevan muchos años de tarea, a una planta laboral profesional donde se destaca un alto porcentaje femenino, por su calificación y capacidad, el evento se colementó con un agasajo para todo el personal, donde se sirvieron productos que tienen su origen y desarrollo en el propio INTI Lácteos, como los quesos sin lactosa marca Lombarde de la empresa cordobesa Capilla del Señor, una de los más recientes logros, que ya se exportan a Brasil.
El conocimiento y la tecnología se combinan en este espacio pensado para las empresas, que debe ser aprovechado con cada proyecto, con cada inquietud y a partir de las necesidades de un mercado que más allá de la coyuntura, evoluciona y demanda cada vez mejores y más específicos alimentos.
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