Desde Ucacha dicen que la lechería está en “jaque mate” y que lo sentirá el mercado interno

Por Elida Thiery (Bichos de Campo) - Ucacha es una localidad del centro-sur cordobés, que se ubica entre Villa María y Río Cuarto. Una zona lechera productiva excepcional, con 55 tambos, que emplean a 280 personas de manera directa, que le dan sustento a 145 familias, con una producción diaria de 300 mil litros y un movimiento de 40 millones de pesos por la producción primaria en 12 mil hectáreas, le generan a la localidad 1.200 millones de pesos de ingresos.
Con este contexto y a causa de una crisis lechera histórica, es que como autoconvocados los productores y con el apoyo de la industria regional, se manifestaron este viernes para no invisibilizar el deterioro propio, pero también del entorno, mientras las condiciones complican cada vez más la perspectiva inmediata.
Lo que advierten es que se puede perder eso que este Gobierno tantas veces usó para justificar sus políticas y terminó afectando, en vez de mejorar las condiciones y es que “se puede perder la soberanía alimentaria, vamos a tener que terminar importando leche”.
Agusto Tamagnini es ingeniero agrónomo, docente de la Universidad Católica de Córdoba, asesora tambos, es productor primario y con unos socios participa en una pyme láctea.
Hace dos semanas en el pueblo hubo un encuentro que empezó a despertarlos para salir a hacer un reclamo coherente que se encajó en el inicio de la vea electoral para que los escuchen.
Lo que hicieron este viernes fue “visibilizar la situación que está atravesando el sector, no sólo los tambos, sino los que nos prestan servicios, la industria. Hay toda una actividad en su conjunto que está jaque mate”, no dudó en explicar.
Por sus actividades diversas él y sus colegas pueden brindar un diagnóstico completo al conocer todas las diferentes realidades de la cadena.
Los industriales en general están en Disneylandia, porque no entienden que si se quedan sin leche vamos a ir todos para atrás y lo preocupante es que podemos perder la soberanía alimentaria. Si hoy tenemos problemas porque no podemos importar bananas, imaginate lo que va a ser 2024”, le dijo a Bichos de Campo.
Para ponerlo más en claro y en este marco de los estancados 11 mil millones de litros que Argentina tiene cada año en la lechería desde hace dos décadas, “ya se produjeron 350 mil litros menos por día en octubre, 500 menos se esperan en noviembre y en diciembre un millón menos por día”. Lo que advierten es que el golpe va a ser fuerte y a pesar del deterioro del consumo, la leche no va a ser suficiente.
El productor argentino es muy rápido para tomar decisiones, entonces todos estamos achicando los tambos para sembrar soja. Las decisiones políticas impactan en el llano, entonces esto se revierte a través de medidas que nos permitan ser competitivos, que un litro de leche valga dos kilos de maíz rápido, o sea 200 pesos, no 130, o el año que viene no va a alcanzar la leche en Argentina”.
Terminada la movilización indicó que “el motivo de todo esto fue mostrar el mapa de cómo viene esto y a dónde va a terminar si no se toman cartas en el asunto rápido. Que la sociedad y todos los que se relacionen con la actividad tomen conciencia, que no miren desde la tribuna. Necesitamos medidas que apunten a consecuencias positivas para el sector y no como lo que pasa ahora, porque lo que puede pasar es que va a faltar leche”.
Es rápida la ecuación, “se pueden vender las vacas, plantar soja y en el medio va a quedar un montón de gente, porque este es un sector que no se va a volver a construir”.
Lo que hacen los autoconvocados es llamar a despertarse, para no lamentarse a mediano plazo “cuando la leche se tenga que importar en la Argentina”, concluyó Tamagnini.
En un extenso comunicado donde hablan de la sequía como una regla implícita del juego explicitaron que “las autoridades nacionales intentaron compensar el daño que generaron sus medidas en la actividad de dos maneras. La primera con el denominado Impulso Tambero”, que sólo suma 4,5 pesos por litro; y también “implementaron la quita de retenciones” que genera una mejora teórica en el tipo de cambio real para liquidar la leche de un 10%, mientras que para el complejo agrícola es del 51%.
Las compensaciones fueron una burla ya que sólo cubren el alimento de tres días en una explotación tambera” y es así que “el perjuicio causado a la actividad hace imposible que se pueda seguir produciendo”, por lo tanto “a partir de 2024 la producción no cubrirá los requerimientos de la sociedad siendo necesaria quizás la importación de leche. Vamos camino a perder la soberanía alimentaria en lo que a producción láctea respecta y para recuperarla debemos contar con gente motivada, capacitada, dispuesta vivir en el interior, invertir en infraestructura, transporte para la materia prima, redes eléctricas, servicios, etc, algo que ya tenemos y que estamos perdiendo”.
Dicen sumar fuerzas porque “nos están llevando a un callejón sin salida y sin retorno, productor que abandone la actividad no retorna a la misma, se debe no solo evitar que la abandonemos, sino que contagiemos a nuestras generaciones futuras para que la sigan y la hagan crecer y con ello la actividad económica de nuestros pueblos, provincias y país”.

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