Por Elida Thiery (Bichos de Campo) - Ya hay presidente electo en Argentina y desde antes de la primera vuelta la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina sostiene un bloqueo con el formato de asambleas en horarios de trabajo en todas las plantas y centros de distribución de SanCor Cooperativas Unidas Limitada.
Con un Estado Nacional vacío de decisiones luego de fracasar la reelección del oficialismo, sin haber respondido el Ministerio de Trabajo a la solicitud de una conciliación obligatoria en el inicio de la semana anterior, la situación se complejiza cada vez más, tensando incluso la relación del gremio con sus propios representados.
Con un flujo financiero cortado por el paro, se redujo el monto semanal de salarios que el sindicato aceptó como liquidación desde 2017, al igual que las condiciones para quienes están en jornadas libres, percibiendo diez mil pesos mensuales, dejándolos en un limbo sin indemnización, ni tareas.
Desde el martes se multiplicaron las reuniones entre delegados y trabajadores en las diferentes plantas al percibir unos 50 mil pesos en promedio, que representan menos de la mitad de los pagos habituales. Quedó clara la situación en la que la fuerza laboral de La Carlota, Gálvez y el Centro de Distribución en el acceso norte de Buenos Aires, reclama volver a las tareas habituales.
En Balnearia y Devoto la gente le pidió al Secretario General de la seccional que se levante el bloqueo, sin embargo, se les trasladó a los trabajadores un nuevo mensaje atemorizador sobre la pérdida de derechos ante un nuevo Gobierno. Se los quiso confundir intentando instalar que “SanCor quiere presentar la quiebra”, mientras Atilra no afloja y está dispuesta a “hacer correr sangre”.
Hay muchos empleados de diferentes plantas que están siendo amenazados , aunque en una seccional un líder gremial permanezca de vacaciones en República Dominicana.
Lo más complejo se presenta en otras dos plantas. Sunchales está enlenteciendo de forma absoluta la producción de la leche maternizada SanCor Bebé, lo cual ya complica a un mercado esencial. A esto se agrega el riesgo concreto de cierre de la planta de San Guillermo, esa que en junio retomó la actividad con la producción a fazón de queso de pasta blanda para un tercero y que con más de un mes de cierre podría clausurarse el contrato y los 26 puestos de trabajo retomados también se caerían.
La Cooperativa que es propiedad de 235 socios-productores está derivando la leche a otras empresas y necesita recuperar su actividad. Un funcionamiento normalizado para el proceso de 650 mil litros diarios, en 40 días le permitirían recuperar el flujo financiero y así cumplir con el compromiso que se negó a firmar Atilra, de recuperación de salarios y actualización paritaria.
Los hombres más cercanos a Héctor Ponce no pueden justificar las consecuencias, que empiezan en el enojo de los trabajadores a crecer, en un contexto de crisis e inflación, donde se relegan ante los intereses de un líder sindical, que libra una interna de poder donde sólo retrocede.
La semana anterior, a pocas horas de vencerse el plazo para que el fideicomiso fallido terminara en nada, en el Centro Educativo Tecnológico que Atilra tiene en Sunchales, algunos delegados los vieron a “Etín” bastante nervioso y revelando todas sus intenciones. Allí donde construyó su reducto, les dijo que quiere es hundir a SanCor CUL, habiendo fracasado su intención a través de su idea original junto con los “empresaurios” aventureros.
Algunos de los que estuvieron en la reunión de ese miércoles dijeron haberlo visto bastante nervioso, pero sobre todo “convencido de ir hasta las últimas consecuencias”, “fundir a SanCor”.
El hombre que conduce a Atilra como secretario general a nivel nacional desde enero del año 2000, habría indicado en la reunión que es quién quiere dar esos pasos complejos, para luego administrarla. Esto remonta a aquella asamblea que con un grupo de tamberos hacía en julio de 2015 donde dejaba entrever su intención se meterse en el procesamiento de leche, hecho que nunca se concretó.
Coincidiendo con eso, el secretariado nacional había conminado a los trabajadores de todas las empresas a votar al candidato oficialista, Sergio Massa, quien en definitiva quedó en el camino tras el triunfo de Javier Milei para la presidencia de la Nación, con lo cual se fue la última ilusión sobre los dineros públios.
Este martes Atilra repartió un escrito con la firma de Etín, donde hace una alegoría a un partido perdido, a ver desde arriba lo sucedido y llama a la reflexión.
La política a la que apostó y metió en medio del destino de 1.549 personas, siendo para 899 el despido sin indemnización el que el propio Ponce tenía pensada, ahora le descalabró incluso la organización de una “manifestación multitudinaria a Sunchales”, que quería para esta semana.
El malestar de los trabajadores con el gremio crece, la situación de una SanCor que resiste se complejiza y la única cura a estos males es simplemente que dejen funcionar a la cooperativa para hallar alternativas de financiamiento genuino, aunque a muchos les moleste.
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