Atilra amenaza y reparte dinero, mientras acorrala a SanCor

Por Elida Thiery (Bichos de Campo) - Contrapuesto al espíritu navideño, el conflicto planteado por la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina a SanCor CUL no afloja.
Este jueves de forma presencial se desarrolló una audiencia más en esta novela que ya lleva más de dos meses. No sólo con funcionarios nacionales de la Secretaría de Trabajo presentes, sino con presencia de autoridades de Santa Fe en el área, pero con el dato saliente de la presencia de Alberto Coronel como abogado de Atilra, de su hija, pero también de delegados de cada una de las plantas y dependencias de SanCor, que hicieron a un encuentro complejo y extenso, de casi cuatro horas, que volvió a estirar las definiciones.
Se comenzó dejando constancia de la continuidad del cese de actividades, en este formato de asamblea propuesto por el gremio. Con certificación notarial de los casos, e incluso una denuncia penal por imcumplimiento a la Ley N° 23.551, por prohibirse de parte de la gremial en la constancia en acta, que se hiciera en la planta de Devoto por el impedimento de carga de manteca para su comercialización, se dejó en claro que existe una voluntad de cientos de trabajadores para retomar las tareas. Todo esto es negado sistemáticamente por el gremio, a pesar de existir pruebas materiales de los hechos.
Del mismo modo se hizo una salvedad sobre las amenazas, que según cuentan los propios trabajadores de una de las plantas puntuales, fueron amedrentados en sus domicilios para no asistir a los puestos y turnos laborales, evitando que además de Gálvez y Devoto se ponga en marcha La Carlota.
SanCor recordó la propuesta salarial actualizada de ocho pagos semanales a partir de la actividad de cada empleado, de entre 150 y 300 mil pesos según progresión, la entrega de productos por un valor de 30 mil pesos; además de la cancelación de deudas de los meses de septiembre, octubre y noviembre, más el esquema de pago de los salarios de diciembre hasta abril incluyendo las cuotas de aguinaldos, sumas remunerativas y no.
Atilra cortó en varias oportunidades el encuentro, fue decidido el gremio a negar cualquier exposición, pero en todo momento olvidaron mencionar que las formas de pago de la Cooperativa están en línea con lo acordado en la Resolución E 658 / 2017, de julio de ese año entre las partes y ante el Ministerio de Trabajo.
Las autoridades de la cartera laboral no toman decisiones para terminar con este conflicto, más allá que con deuda vigente no se pueda avanzar en conciliación obligatoria y siguen exhortando al acuerdo, por la paz social y no dejaron constancia en el acta de un nuevo encuentro. De todas maneras, sería la semana próxima.
Lo que pasa realmente es que hay un objetivo del gremio por cumplir y quizá tanto silencio público de la Cooperativa deje que eso germine.
Con una versión sobre agresiones a Héctor Ponce en Sunchales, en las últimas horas, si se difundió el martes pasado, después de la audiencia anterior en la Secretaría de Trabajo y a través de un mensaje de Whatsapp, que el gremio comenzó nuevamente a ofrecer un fondeo a quienes los apoyan ante lo que indican “las trágicas consecuencias del accionar mafioso de los directivos de SanCor que llevaron a una situación de quebranto a las y los trabajadores”.
El texto que horas más tarde fue borrado indicaba, “en los próximos días estaremos entregándoles a cada compañera y a cada compañero nuevamente la suma de 100 mil pesos. Por supuesto que dicho monto debe ser entregado a quiénes están bancando la situación. Además se debe poner en claro que los directivos de la empresa no solo no tienen respuestas sino que mienten. No se han tocado para nada sus intereses. Al contrario se pagan sobreprecios por la leche que se autoentregan. ÉSTOS DIRECTIVOS NO TIENEN SALIDA”.
Agregan un dato que no es real, “hay demandas penales en marcha en su contra. Para que estos tipos terminen dónde tienen que terminar. Difundan esto personalmente hablándoles a los compañeros en las Asambleas. A las y los dudosos que se vayan a la mierda. Estas medidas se sostienen con convicciones. Tenemos compañeros lecheros muertos durante la última dictadura cívico militar y esos compañeros fueron curiosamente de SanCor. Así que este momento no es para los que dudan. Es para quienes tienen conciencia. Para el pago de los 100 mil pesos obraremos como lo venimos haciendo”.
De forma constante se vinieron entregando fondos en efectivo de esta manera, lo que no explica el gremio es de dónde sale este volumen de dinero, sin embargo, en las plantas se sugiere que estarían vinculados a los empresarios ligados con el malogrado fideicomiso, que se pretendía con fondos estatales.
Puede ser por ese motivo que el 15 de noviembre cuando venció ese plazo, el propio Héctor Ponce había indicado que su intención era que la Cooperativa se funda, para luego comprarla y administrarla.
La idea de al menos tres de las personas que quisieron fondos públicos para aquel fideicomiso seguiría siendo la misma, pero en esta oportunidad si poner dineros propios, presionar la quiebra, comprarla por poco, repartirse plantas y marca y terminar despidiendo a mucho más de la mitad de la fuerza laboral.
Con más de dos meses de parlización SanCor no atraviesa un momento sencillo, pero está lejos de ser forzada a presentar la quiebra como pretende Atilra y quienes sustentan económicamente estas medidas que van en contra de muchísimos trabajadores, desesperados por enfrentar una fiestas que los tienen a ellos fundidos, con diagnósticos médicos y psicológicos, aplastados y confundidos.
Atilra consiguió eliminar de góndolas y heladeras a los productos de SanCor, hacer que toneladas de productos estén vencidos en los depósitos sin poder salir, pero todavía no consigue anular la voluntad de los que quieren seguir adelante, en el formato de cooperativa, esa que es de los tamberos y que tiene que terminar de inmediato con las presiones públicas y en privado, pero que también debe hacer un balance sobre aquellos que permitieron internamente que esto avance, que esto siga sucediendo impunemente, para evitar un final de catástrofe.

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