Por Elida Thiery (Bichos de Campo) - Este mediodía será diferente en la actual Secretaría de Trabajo de la Nación, no sólo por el reencuentro virtual de SanCor Cooperativas Unidas Limitada y de la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina, sino porque se dará en otras condiciones, con un Gobierno nuevo y con empleados decididos a defender sus puestos de trabajo.
Las nuevas autoridades deberán valorar eso y tener el coraje que no tuvo el Gobierno anterior de dictar una conciliación obligatoria que le pueda poner fin a una nulidad de actividades en la Cooperativa que lleva más de dos meses, que se originó para presionar por un préstamo estatal de interés privado que no resultó en los últimos dos años y que siguió por la ambición desmedida de la dirigencia sindical.
El encuentro no sólo tiene estos condimentos, sino que desde el 7 de diciembre cuando se dió la última audiencia se mejoró una propuesta salarial que databa del 14 de noviembre, mejorando plazos y condiciones para el pago de salarios.
Esto no se le trasladó a los trabajadores, se negó su existencia a pesar de estar en actas y expedientes del entonces Ministerio de Trabajo, sino que en el medio este sábado se hizo una fiesta en Low, el boliche que Atilra tiene en Sunchales con las actuaciones de Dady Brieva, Angela Leiva y Trulalá como una afrenta a quienes no tienen nada que celebrar en medio de un conflicto de más de dos meses, por los intereses de la dirigencia gremial, que ni siquiera cuanta con el apoyo de otras seccionales del país y deja lejísimo a los derechos de los trabajadores.
Ante esta situación la semana pasada la Cooperativa le hizo llegar a la cartera laboral, por anticipado la aclaración de la falta de respuestas e incluso un cuadro con la progresión de cobro que podrían tener los trabajadores, al igual que se le trasladó a toda la planta laboral.
“Solicitamos a esta Secretaría intervenga de la manera que considere oportuna para poder resolver el conflicto planteado y que agrava día a día la situación de la fuente de trabajo acercándola a su desaparición ante la total parálisis industrial en la cual se encuentra, debido a las medidas de acción directa llevadas adelante por ATILRA y que ni siquiera permiten una operatoria mínima ya que tampoco dejan prestar tareas al personal fuera de convenio”.
El texto de la comunicación aclara que la propuesta corrigió y mejoró condiciones iniciales, que no aceptó el gremio, pero que permitirían “la regularización de las tareas industriales y comerciales de la Cooperativa, circunstancia que permitirá generar los ingresos necesarios para efectuar los pagos”, que son semanales y progresivos, incluyendo el ajuste positivo de la paritaria que viene demorado en SanCor, siempre en condiciones diferentes al resto de la industria, con el aval de Atilra.
Estas escalas permitieron que los propios trabajadores comiencen hace algunas semanas a manifestar de manera directa su voluntad de trabajar y ahora se consiguió el acuerdo en varias de las plantas para reiniciar las tareas.
En Gálvez y La Carlota ya están organizados los turnos productivos y este lunes se volverá a poner en marcha la maquinaria de una empresa que quiere respirar, a través del oxígeno que le aportarán sus trabajadores y también el reingreso de materia prima, a pesar de la negativa de hacerlo por parte de delegados y conducción nacional del gremio.
Este martes se retomará la actividad en otras plantas que hoy terminarán de ponerse a punto, más allá de lo que se hable en la cartera laboral y a pesar de lo que vocifere el gremio, que por ejemplo en el Centro de Distribución de Panamericana, para Capital Federal y Gran Buenos Aires se contrapone con lo que quieren los pares de Camioneros, que son los que acompañan a todos los trabajadores en las acciones que se han gestado para retomar la distribución de producto, cuando vuelva a haber stock.
Atilra está acostumbrado a mentirle a sus representados, a ocultarle situaciones, pero esta vez le salió mal.
Son más de dos meses en los que la gente cobra de manera más irregular que la habitual, acercándose a las fiestas, donde quedó expuesta la ambición de fundir a la empresa, sin importar las consecuencias.
Lo había dicho Ponce el 15 de noviembre, cuando se le esfumó el plazo para el fideicomiso con fondos nacionales a través de empresarios que desaparecieron, en ese esquema que planeaba despedir a 899 trabajadores de los 1.549 en actividad al 3 de octubre según el relevamiento de la Comisión Nacional de Valores.
El bloqueo que se inició el 17 de octubre, de manera sorpresiva, que tuvo un golpe de efecto negativo el 20 de ese mes con el desecho obligado de cien mil litros que se habían acidificado en la planta de San Guillermo, que justamente hace algunas semanas cerró por afectarse el acuerdo con un privado que le había permitido retomar la producción.
Fueron momentos álgidos de un conflicto que llega a su fin por el soporte de la dirigencia cooperativa, pero sobre todo por la voluntad de los trabajadores que dieron pelea ante las amenazas, los aprietes, en algunos casos los golpes físicos y psicológicos, que vieron cómo quienes acompañaban al gremio recibían paliativos económicos, cómo los que firmaron cartas documento amenzantes para la Cooperativa eran recompensados y que serán los que ahora que se retoma la actividad tambíen recuperarán lentamente cierta “normalidad” adentro de SanCor.
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