(Elida Thiery, artículo basado en Agrarforschungschweiz) – Los investigadores Burton-Pimentel KJ y Walther B. de Agroscope a través de Swiss Agricultural Research hicieron un interesante estudio comparativo entre la leche y las bebidas vegetales que pretenden presentarse como sustitutos y terminan siendo simples alternativas que no alcanzan a cumplir con los nutrientes necesarios para conseguir el objetivo de reemplazo.
Mientras muchos se pierden en el debate sobre la emisión de gases de efecto invernadero, apuntando a las vacas como las culpables de males que no les corresponden, entienden que el consumo de alimentos de base vegetal pueden mejorar las condiciones ambientales, aunque esto representen un menor acceso a la comida y para menos personas, por sus costos.
El tironeo de la agenda 2030 en definitiva pretende una población menor y más elitista, por lo tanto esta búsqueda de sustitutos no hace más que confirmar que no se puede reemplazar una alimentación variada, diversa, para una vida más saludable.
Partiendo de la base que leche y lácteos son denominaciones que sólo se le pueden otorgar a productos derivados de animales mamíferos, se trabaja hace años en la industria alimentaria para mejorar las condiciones, calidades y diversidad de productos libres de lactosa o galactosemia, para bajar los alergenos que afectan a parte de la población. Fue en los últimos diez años que las bebidas vegetales se han instalado en el mercado como forma alternativa, aunque lejos de un verdadero reemplazo.
En un estudio, Agroscope examinó 27 bebidas de origen vegetal y dos muestras de leche entera. En todas las muestras se determinó la energía total, así como los macronutrientes proteínas, grasas y carbohidratos. También se analizó el espectro de aminoácidos, ácidos grasos individuales y carbohidratos (lactosa, sacarosa, fructosa, glucosa y almidones).
También se determinaron micronutrientes como las vitaminas hidrosolubles (C, biotina, niacina, ácido pantoténico, B1, B2, B6, B12 y ácido fólico), así como las vitaminas liposolubles (A, D2, E, K1 y K2); y los minerales y oligoelementos (P, Na, Mn, Mg, K, Fe, Cu, Ca y Zn) de las bebidas vegetales.
En general, la mayoría de las bebidas vegetales presentaron una densidad energética menor que la leche y, en general, contenían cantidades más bajas de todos los macronutrientes.
Esto significa que estos productos no tienen el mismo valor nutricional que la leche y no son un sustituto equivalente.
Estos productos sí tienen potencial para reducir el consumo de calorías. Sin embargo, el uso de bebidas para reducir la ingesta de calorías sólo tiene sentido si las alternativas vegetales contuvieran cantidades similares de nutrientes esenciales a la leche.
Los perfiles vitamínicos de las bebidas vegetales difieren significativamente de los de la leche. Para garantizar una ingesta suficiente de las vitaminas que se encuentran en abundancia en la leche, es necesario enriquecer a las bebidas vegetales.
Al igual que con los perfiles vitamínicos, hubo diferencias considerables entre las diferentes bebidas vegetales en cuanto al contenido de minerales y oligoelementos. Las bebidas de arroz, avena y coco presentaron bajas en los minerales, con la excepción de sodio y cloruro, que estaban casi en los mismos niveles que la leche debido a la adición de sal de mesa.
Por el contrario, se descubrió que las bebidas a base de soja, almendras y castañas de cajú son buenas fuentes de ciertos minerales y oligoelementos. En particular, se demostró que las bebidas de soja son fuentes consistentemente ricas en la mayoría de los minerales y oligoelementos.
Dado que la mayoría de las bebidas vegetales tienen menos densidad energética que la leche y generalmente contienen cantidades más bajas de todos los macronutrientes, no son un sustituto equivalente de la leche.
Si se utilizan como reemplazo dietético completo de la leche, son esenciales medidas adicionales, como la suplementación con micronutrientes, para equilibrar las diferencias nutricionales.
Muchas personas consideran las bebidas vegetales como una fuente alternativa de proteínas que les permite reducir la ingesta de proteínas animales. Sin embargo, el contenido total de proteínas relativamente bajo y la menor calidad de las proteínas de la mayoría de las bebidas vegetales examinadas deja claro que reducir el consumo de leche de vaca o renunciar por completo a ella requiere un ajuste de la dieta general, especialmente en el caso de niños o adultos mayores con un mayor requerimiento de proteínas.
En definitiva, el estudio de Agroscope concluye que la composición nutricional general de las bebidas vegetales no puede considerarse equivalente a la de la leche.
El espectro de nutrientes de las bebidas vegetales difiere significativamente de la leche, por el contenido y la calidad de las proteínas. Sólo las bebidas vegetales a base de soja tienen un contenido de proteínas comparable, pero menor, al de la leche.
El enriquecimiento es la única manera de garantizar que las bebidas vegetales contengan niveles equivalentes de las principales vitaminas y minerales presentes en la leche.
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