El precio de la leche es un problema constante en Europa

Por Elida Thiery - En Europa no sembraron la tranquilidad para esta campaña y mientras siguen los reclamos y las concesiones de la Unión Europea para los productores en general, ahora la lechería suma su surco de necesidades.
Este lunes la semana formal arranca en Francia con diferentes manifestaciones en las rutas y a poco del inicio del Salón Internacional de la Agricultura de Paris, que del 24 de febrero al 3 de marzo se desarrollará en el salón Paris Expo Porte de Versailles, las tensiones suben.
Días atrás el grupo Lactalis anunció que estuvo revisando los precios propuestos para la leche de enero y decidió subirlo de 405 a 420 euros cada mil litros, manteniendo también este valor para las entregas de febrero. Es así que los productores que entregan materia prima con 38 gramos de grasa y 32 gramos de proteína por litro, terminan cobrando 460 euros cada mil litros totales.
Este valor para este tipo de leche está casi estandarizado entre grandes industrias, pequeñas y medianas.
Aunque el ajuste es interesante, pasar de 40 a 46 litros no parece estar bien para los productores que están nucleados en la Union Nationale des Eleveurs Livreurs Lactalis (Unell) que a partir de unos cuatro mil tambos en toda Francia le proveen más de dos mil millones de litros anuales a Lactalis. En el caso de la leche orgánica, la suba anunciada fue de 19 euros por esa unidad de medida, de todas maneras en 2023 el 45 por ciento de este tipo de materia prima se terminó destinando al circuito general de producción de lácteos.
Después de varios días de protestas recientes, lo que pretende esta organización es que la suba no sea de 3,7 por ciento, sino de cinco puntos porcentuales. Se basan en la necesidad de aplicar lo dispuesto por la Ley Egalim, que pretende un equilibrio entre costos y ganancias para fijar los valores de los productos en los eslabones primarios.
En este sentido, desde el gobierno francés se explicó a las entidades de productores que se repasarán los controles en el establecimiento de precios, sin embargo continúan los reclamos de forma activa.
El resto de las empresas que operan en Francia tienen diferentes formas de fijar el valor, sin embargo las pymes son las que en general pagaron mejor la materia prima durante el último año, llegando a los 524 euros, aunque no se descartan recortes en esos números porque el mismo mercado de consumo no tracciona tanto como se esperaba.
La misma situación se vive en Italia. El descenso de los precios continúa con una tendencia iniciada en octubre pasado, confirmando una contracción muy por debajo de las cifras de 2022. Concretamente y medido cada cien kilos de leche, en Italia el promedio está entre 47 y 48 euros.
Por su parte, España cerró 2023 con una estabilidad productiva de 0,07 por ciento anual y un valor de 0,5464 euros por litro, que superó en 17 por ciento a los precios de 2022, pero que tampoco terminó de conformar a las unidades productivas.
Mientras en los Países Bajos no termina el drama de los tambos que serían cerrados, en el marco de la locura por reducir emisiones de gases de efecto invernadero de manera drástica, desconociendo intencionalmente la colaboración que los rumiantes hacen en el ciclo del carbono; y sobre todo, de la producción de alimentos para un mundo que crece.

Comentarios