En la principal zona lechera la ola de calor mató vacas y recorta la producción en más del 20 por ciento
Por Elida Thiery (Bichos de campo) - Llegan buenas noticias sobre el impacto de las lluvias en los cultivos gruesos en la región núcleo, pero ya no se puede obviar la situación de catástrofe que están atravesando los tambos de una amplia región que horizontalmente cruzan desde Entre Ríos, hasta Córdoba, pasando por Santa Fe, en lo que es la zona eminentemente lechera de nuestro país.
Las novedades que trasladan los productores son muy tristes. No sólo hay una caída impactante de la producción, sino que esta ola de calor que está instalada desde el domingo está matando animales.
“Estamos dentro de una ola de calor, muy complicada porque el ITH (Indice de Temperatura y Humedad) que mide el nivel de riesgo, de estrés por calor, muestra claramente que el valor durante las 24 horas del día expone a los animales por encima del umbral de binestar. Con esto están todo el día estresados, no tienen la posibilidad de recuperarse de noche, porque las temperaturas no bajan”.
Miguel Taverna, coordinador del Programa Nacional de Leche del INTA, explica que “de manera constante el animal trata de mantenerse vivo, reduce la actividad, baja el consumo de alimentos, sube el consumo de agua, se queda quieto, busca sombra y trata de disipar el calor. Si logra preservar la homeostasis, a partir de la la temperatura corporal, puede recuperarse, pero si no lo logra, las vacas se terminan muriendo, no resisten esta situación”, no sólo sucede en rodeos de leche, sino también en los de cría del ganado de carne.
En los últimos días las ferias, los remates de hacienda, han registrado situaciones extremas con la muerte de más de 20 animales por ejemplo, en la localidad cordobesa de Freyre, a pesar de contar con sombra y agua.
Desde dónde habla Taverna, en Rafaela, en los últimos cuatro días las temperaturas llegaron a los 38 grados con registros de humedad que oscilaron entre 74 y 91 por ciento en promedio, llevando los riesgos del ITH por encima de lo severo, bajando recién para el día sábado y no a registros óptimos. (https://siga.inta.gob.ar/#/ith)
En los tambos la situación es muy compleja, en muchos casos ya murió el menos un ejemplar y las situaciones más complejas se empiezan a dar en los rodeos de preparto, en tiempos de nacimientos.
“Los animales están más propensos a enfermarse, incluso la parte reproductiva se complica muchísimo porque no se manifiestan los celos, no hay preñeces, todos son efectos colaterales muy malos”.
Taverna agrega que “las vacas que están pariendo y los terneros que nacen están en el momento más crítico de su vida, con vulnerabilidad y riesgo altísimo, por eso recordamos un mayor acceso a sombra, alimentación de alta digestibilidad con baja fibra, para bajar el calor del proceso de digestión, hay que hacer suplementación mineral y es fundamental arrimar a las vacas al corral de espera para mojarlas y ventilarlas para disipar calor. El agua fresca y de calidad la tienen que tener a disposición siempre”.
Como para tener un parámetro, el metro de media sombra con resguardo del 90 por ciento del sol, de un acho de cuatro metros, tiene un valor aproximado de 9.300 pesos, por lo tanto cubrir el corral de espera en los tambos no insume una inversión importante y se repaga de inmediato con una menor caída en la productividad de los animales y a esta altura, es una obligación.
Lo mínimo que se puede hacer en el tambo es darles sombra y agua de calidad a las vacas, como la que podemos tomar los humanos, porque es en ellas que empieza la cadena económica y si no producen o lo hacen por debajo de lo esperado, nada termina funcionando.
Claro que lo ideal sería que además de sombra tengan los corrales ventilación y aspersión, para brindar un bienestar más completo, pero eso claramente se ata a una rentabilidad y acceso al crédito que queda lejos para la mayoría de los productores.
“La producción de leche está cayendo de una forma muy marcada, en la mayoría de los casos entre 20 y 30 por ciento. Por ejemplo, en el tambo robótico que tenemos en el INTA Rafaela, a pesar de tener sombra, agua y ventilación, estamos 20 por ciento abajo en la productividad”, indicó Taverna, coincidiendo con productores que tienen tambos pastoriles tradicionales, e incluso quienes tienen galpones con aspersión y ventilación constante, que reportan caídas de hasta cuatro litros por ejemplar del viernes a hoy.
Teniendo en cuenta que la producción del mes de enero había caído ya al 12 por ciento de comparación interanual, con un 2023 que había comenzado mejor de lo que se creía, si bien no se conocen los números de febrero, se estima que el golpe productivo será muy grande. En algunas regiones de Buenos Aires hay anegamientos, mientras en la región centro la ola de calor también hace su parte para un mal balance nacional.
“Tenemos que esperar una caída muy importante de la producción de leche para lo que va a ser el primer trimestre de este año. Toda esta situación va a impactar muy fuerte en la producción de los tambos, en el recibo de leche en las industrias y en la facturación”, concluyó.
Las lluvias podrían llegar en la noche de este jueves, se extenderían de forma intermitentente en el centro del país hasta mediados de la semana próxima y con ello llegaría un respiro, pero el sufrimiento de los rodeos está y con sólo ver el balance de la producción así algunos productores puedan llegar a reaccionar para tomar decisiones de bajo costo, pero de alto repago.
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