En promedio, los productos terminaron en 3.590 dólares por tonelada, ganando 0,1 por ciento, arañando un intento de normalidad para los lácteos a nivel internacional, a partir del negocio impulsado por la cooperativa Fonterra desde Nueva Zelandia, logrando niveles aproximados al pasado mes de marzo, con 105 compradores en el evento que vendió 17.654 toneladas.
Sin oferta de manteca en polvo, la grasa anhídrida fue la que más ganó con 1,7 por ciento quedando la tonelada en 7.062 dólares. Esta magra subasta dejó en sólo 0,4 por ciento de ajuste en alza a la leche entera en polvo, con 3.269 dólares, mientras que la leche descremada en polvo sólo se sostuvo sin cambios para 2.541 dólares.
El queso cheddar fue el que más bajó con -8,5 por ciento de ajustehasta 3.974 dólares por tonelada, seguido por la mozzerella que llegó a 3.755 dólares (-3,8%). La manteca también se inscribió entre los negativos con -1,4% y 6.546 dólares.
Las variables siguen siendo muy contradictorias para el mercado global de lácteos, con menos oferta de materia prima en los principales países productores, en una pésima combinación de las consecuencias climáticas y las políticas restrictivas, sobre todo en Europa. Nueva Zelandia, Argentina, el Reino Unido están mostrando tendencias productivas en baja y una demanda que no termina de colaborar en el alza de los valores, tanto al productor, como en los productos.
De todas maneras, se espera que el año termine acomodando las cifras en la medida de su transcurso, con particularidades en cada región, pero con la clara expectativa de trepar en números y mejorar condiciones.
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