Por Elida Thiery - La capacidad productiva argentina le da a pelea a todas las condiciones que se presentan. El principal ingreso de divisas a la caja central llega a través de la agroexportación y cosechas más abultadas o más magras cumplen el mismo camino.
Como dice el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, “los granos salen de los campos por tierra y llegan a los puertos por tierra o ripio”. La intención es que esto empiece a mejorar, después de años de crecimiento, de décadas de aporte a través de los derechos de exportación.
En el desarrollo de una cosecha que se enlenteció por las lluvias de fines de marzo y a lo largo de abril -que cerró con más del 63 por ciento de lluvias que el promedio-, con lo que recortó sus proyecciones récord por los calores de febrero y que tuvo un fuerte golpe del spiroplasma en los rendimientos del maíz, es tiempo de hablar de obras en la zona portuaria del Gran Rosario.
La cosecha de soja sigue atrasada, pero con rindes que se mantienen. El avance es del 73% caundo debería estar, según el promedio de los últimos 5 años, en el 90%. La cosecha de soja de segunda lleva un progreso del 40%, estando 25 puntos porcentuales por detrás del promedio de las ultimas cinco campañas. Su rinde promedia los 38 qq/ha.
En cuanto al maíz, la cosecha del cultivo temprano aún tiene 20 por ciento por levantar, se va a adelantar la trilla de los maíces tardíos que ya tienen una pérdida total superior a siete millones de toneladas, aunque muchos lotes directamente no verán las máquinas, para no seguir perdiendo los productores.
Todo esto se transporta principalmente en camiones, todo esto llega a los puertos por rutas y caminos por demás precarios.
En un día como este lunes 6 de mayo fueron casi 3.800 los camiones ingresados en los puertos, pero el número crecerá a medida que los lotes soporten a la maquinaria trabajando.
En la campaña 2021, que podría ser similar a la actual, fueron 1.956.000 camiones los que ingresaron a toda la línea portuaria, 254 mil vagones de tren y 6.500 barcazas, transportaron 76,5 millones de toneladas de los dos principales granos gruesos, derivando el 80 por ciento a la zona norte, entre Rosario y Timbúes, mientras que el 20 por ciento se destinó entre Rosario y Arroyo Seco, promediando el movimiento unos 12.600 camiones diarios.
Hace un año, con la sequía dramática, se contaron unos 900 mil camiones totales, con seis mil de promedio diario.
En esta campaña ya hubo un pico de nueve mil ingresos por tierra, teniendo en cuenta que hay 65 por ciento más de buques cargando respecto al año pasado, con 80 por ciento más de tonelaje. Es remarcable que cada camión paga actualmente una tasa de once mil pesos que se destinan a los gobiernos de cada comuna, que en algunos casos llegan a tener una facturación anual por este cánon de hasta seis millones de dólares anuales, los cuales no se traslucen ni en obras para el transporte, ni para la comunidad.
Para lo que se conoce como el “peine” norte de los puertos, el acceso de los camiones se da por la autopista Rosario-Santa Fe y la ruta 91, para luego empalmar con la ruta 11, sin rotondas, ni semáforos que permitan una circulación segura, atravesando incluso un cruce ferroviario y el puente sobre el río Carcarañá, con la mayor parte de la circulación por ripio.
Días atrás durante el remate del primer lote de soja de la campaña, la BCR dio un detalle de una obra que recién se inicia y que tiene 14 meses de plazo para su ejecución, para la cual la institución está colaborando en el análisis de las alternativas económicas para su gestión, colaborando así con el Gobierno de la Provincia de Santa Fe que comienza así tareas que pueden ser históricas, para lo cual se tomará deuda tal como lo confirmara el propio Maximiliano Pullaro, para cubrir un presupuesto actualizado de 16 millones de pesos.
La intención es hacer obras que tengan una inversión baja, pero con un impacto mayor en la seguridad y necesidades, tanto de las terminales portuarias, como de las comunidades, para sacar a los camiones de las localidades y darles un mejor acceso, que incluya más seguridad, en todo sentido. La herramienta más adecuada se estima que es la de fideicomiso entre privados y públicos.
Adjudicada en septiembre pasado a la empresa , el acceso para el tránsito pesado desde la Ruta Provincial N°91 a los puertos de la localidad de Timbúes, incluyendo 6,4 kilómetros desde la Ruta Provincial N°91 hacia el noreste, con pavimento rígido de hormigón hasta la Ruta Nacional N°11, continuando con estabilizado granular hasta las terminales portuarias. El proyecto también contempla una rotonda en la intersección de la nueva traza con la Ruta 91; y otra en el enlace con la calle Cacique Mangoré, incluyendo dos puentes que ocuparán cerca del 20% del presupuesto, uno sobre las vías del ferrocarril Mitre y la RN N°11; y otro sobre el río Carcarañá. Finalmente se incluirán mejoras sobre las losas de acceso y estribos en el puente Giardino, que cruza por arriba a la Autopista Rosario-Santa Fe en el kilómetro 33.
Las dos obras que deberían complementar este proyecto sería la concresión del tercer carril de circulación hasta el ingreso a la localidad de San Lorenzo en la autopista Rosario-Santa Fe, e incluso el camino del Mozo, que afecta el ingreso al sector sur de los puertos de la región que incluye a Pueblo Esther, General Lagos, Arroyo Seco y Fighiera.
Mientras la producción crece, simplemente se está comenzando a avanzar en una estrategia para sacar a los camiones de las áreas urbanas, no para aumentar la capacidad de transporte y esto marca la demora de décadas que tiene el mayor aportante a las arcas públicas, tan tecnificado en la producción, en los procesos, pero arcaico en su logística.
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