Por Elida Thiery (Bichos de campo) - Hace una semana, en el contexto del día del Cooperativismo, el secretario general nacional de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina, hablaba de esta manera sobre SanCor.
“Estuve reunido en Buenos Aires ayer y hoy con inversores, con la propia gente de la empresa, también con el Secretario de Trabajo de la Nación, donde estamos haciendo todos los esfuerzos posibles y necesarios; y somos optimistas, no solamente somos optimistas por una cuestión de fe, una cuestión de optimismo tonto, sino porque estamos trabajando seriamente en esto y me parece que es importante, en este momento no olvidarnos de nuestros orígenes”.
En una marea de palabras Héctor Ponce agregó “me parece que sentí un poco de nostalgia, ¿no?. Porque acá digamos, hay un gran ausente que todos queremos que que vuelva y esté ocupando el lugar que realmente se merece, porque SanCor Cooperativas Unidas Limitada, sin ningún tipo de duda ha contribuido a la lechería, no solamente a la ciudad, de la región, sino de todo el país”.
Hay más, “estamos trabajando para que para que esta gran empresa láctea argentina vuelva otra vez a estar en el sitial que realmente le corresponde y que la gente sabe que en nuestra nuestra ciudad lo necesita”.
Estas parecen las expresiones, ante el medio Meridiano Digital, de alguien que no bloqueó, no entorpeció jamás el funcionamiento de la empresa, que realmente se desempeña ahí adentro sin impedir que quienes quieren trabajar lo hagan, o aún más, que es un hombre que realmente está ocupado en favorecer la llegada de fondos para que la Cooperativa progrese. Bueno, es todo lo contrario.
En múltiples comunicados de prensa manifestó Atilra la voluntad de terminar con SanCor tal como se la conoce, es el gremio el que promovía el desembarco de empresarios ajenos al sector que con dineros del Estado irrumpan en la firma y despidan a 899 de 1.549 empleados, o aún más atrás, el sindicato mismo que firmó un recorte salarial y cesación de actividad para quienes a dedo entraron en el sistema “jornadas libres”, para cobrar una ínfima proporción del salario.
Pero este viernes, “Etín” Ponce cambió de parecer, volvió al esquema que viene desarrollando hace varios años, pero especialmente desde el inicio del bloqueo de la Cooperativa el 17 de octubre pasado con el que se intentó fundir a la empresa y sin haberlo logrado, aún sostiene la imposibilidad de producir en la planta central de su ciudad, Sunchales.
El sindicalista que viene de aceptar el 7 de junio la negociación con SanCor para que en cómodas cuotas se paguen los fondos adeudados, sobre todo para el gremio, quizá se ilusionó con que el primer día hábil de julio recibiría el dinero y esa es la molestia que ahora escala a una amenaza que incluso puede afectarle en su reelección en el cargo en la próxima primavera.
Ponce arriesgó el sustento de centenas de trabajadores para lograr un objetivo personal y en nueve meses sólo conserva unos pocos adherentes a la paralización de SanCor, cada día menos, porque a muchos los involucró en causas judiciales y ya ni siquiera le funcionan las operaciones en contra de la empresa para perjudicarla.
Ahora sus intenciones pueden alejar a inversores concretos, que él mismo pidió conocer, quizá sabiendo que de sus decisiones depende la normalidad de funcionamiento la empresa y con ello el acceso a los fondos que precisa.
En un comunicado capcioso, donde indica que “indebida e ilegalmente agrandando la deuda mes a mes de manera exponencial y constante”.
Ahora dice el gremio que la empresa “se niega a suministrar ocupación efectiva al personal que se encuentra a disposición, habiendo sustraído el flujo de caja diario, colocándolo fuera de la órbita de la empresa mediante una maniobra detectada y denunciada oportunamente por los delegados, que tiene como pantalla la forma de un fideicomiso de administración financiera”.
Esta es una más de las acusaciones vagas que lanza el gremio y es sobre esto que indican, “sin prejuicio de las acciones judiciales individuales y/o colectivas iniciadas y/o a iniciarse, se han dispuesto medidas de acción sindical que afectarán a todo el arco nacional de la industria lechera”.
Entonces, por la interna de Ponce con SanCor, se intenta mantener en vilo a todas las empresas, alertando incluso a la Secretaría de Trabajo para una intervención que no hará más que seguir complicando las negociaciones en curso.
Teniendo en cuenta que está vigente la Ley Bases, donde el bloqueo figura como causal de despido, aclara Atilra que “las medidas de acción sindical son una forma de reclamo directo habilitada por ley y que no está en los trabajadores encontrar soluiciones en la empresa, sino que es una obligación de quienes la conducen”. Esto también contradice a planteos hechos a lo largo de todos estos meses de impedimento de producción, por ejemplo de la leche maternizada que se hace exclusivamente en Sunchales.
Según Atilra las medidas “habrán de iniciarse de manera inminente y sorpresiva con un cese de actividades dentro de todo el arco de la industria lechera de nuestro país. El inicio, el tiempo de duración y modalidad de las mismas será comunicado oficial y orgánicamente”, que podría ser pasado el fin de semana.
Este intento de paro similar que se hiciera en 2022, cuando crecía la tensión incluso con el entonces Gobierno de Santa Fe en la intención del tristemente famoso fideicomiso de amigos que no resultó, como tampoco aquella medida de fuerza nacional, o similar a la intentada en marzo de este año, nunca apoyadas por las seccionales principales del país.
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