El sector cooperativo volvió a reclamar baja de impuestos, desburocratización y aprovechar oportunidades globales
Por Elida Thiery (Bichos de campo) - Con los valores cooperativos puedos de manifiesto, la mañana del martes tuvo con auditorio completo en la Sala Argentina del Palacio Libertad (ex CCK), un repaso de los temas que hacen a las diversas economías regionales y nacionales en el Séptimo Congreso Anual de Coninagro.
Con la presencia de Juan Pazo, secretario Coordinador de Agricultura como máximo referente del Gobierno Nacional, así como del resto de los titulares de la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias, legisladores nacionales, representantes de gobiernos provinciales, integrantes de federaciones cooperativas y más de 280 jóvenes de todos el país que serán la renovación del movimiento cooperativo presenciaron una jornada de capacitación e integración de conceptos.
Elbio Laucirica, como presidente desde hace dos años de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria, tomó la palabra para recordar al fallecido Carlos Achetoni, pero también para destacar el rechazo al atentado sufrido por la Sociedad Rural Argentina, con Nicolás Pino presente.
Entendiendo que estos son “momentos de diálogo” hizo el balance del contacto que su gestión le permitió recorriendo el país, a través de las 16 federaciones, que generan con “compromiso y responsabilidades legales, predisposición, perseverancia y entusiasmo, a pesar de las adversidades que todos vivimos, el aporte a sus comunidades, a la movilización de las economías y a su entorno”.
Las cooperativas crecieron en facturación 8,6% anual, en los últimos seis años, con un aporte al PBI de 1,7 puntos, con 14 mil millones de dólares, “por eso necesitamos el apoyo del Gobierno con retenciones cero, baja de impuestos y desburocratización del Estado”.
Lo que remarcó el Presidente es la promoción de la defensa de los productores asociados y sus cooperativas, porque “el cooperativismo más que una herramienta de trabajo es una filosofía de vida” que se extienden en más de 350 en todo el país, e incluso que avanza con CoopSur, en una alianza dentro del Mercosur de entidades similares.
Laucirica explicó que “somos proveedores de alimentos, pero no queremos que nos vean solamente como una caja de dólares. Solamente en granos enterramos 17 mil millones de dólares y muchas veces no podemos saber si los vamos a recuperar”, entonces lo que reclama son certezas. “En conjunto podremos salir de esta dificil situación en la que estamos, agrandar la torta, promoviendo una mayor producción y actividad económica bien administrada”, a lo que sumó una ley laboral más justa, la reducción de la alta carga fiscal que “nos ha quitado recursos en beneficio de unos pocos”.
Con la baja de diez puntos del Impuesto País, comenzaron a bajar algunos costos, sin embargo se sigue precisando un mayor incentivo a la producción donde sobre los Derechos de Exportación, “es bueno que haya un compromiso del Gobierno de llevarlas a cero”.
Concretamente, “hay productores que vienen muy afectados y ya no tienen espaldas para aguantar. Con mucho respeto decimos, ya no hay más tiempo”, ya que hay que aprovechar la oportunidad global en cuanto a la demanda de alimento.
Sin embargo, el titular de Coninagro remarcó que las regulaciones internacionales nos exigen condiciones que los principales bloques incumplen, como es la relación de la emisión del carbono con la Unión Europea. Aprovechando las ventajas competitivas, “hoy podemos ser uno de los principales distribuidores de alimentos del mundo”.
Marcelo Collom, presidente del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) habló sobre la manipulación política de las cooperativas y que ahora se trabaja sobre la eliminación de intermediaciones para “evitar la desvirtuación del cooperativismo”, que “es uno de los sectores con mayor potencial de crecimiento”, que transita el camino del mercado con el sector empresario tradicional, con competitividad y consolidando el desarrollo local y regional, a través de la integración.
El titular del INAES advirtió estar trabajando en la desburocratización, en la simplificación de las normas y en definitiva de promover el avance de las cooperativas en todo el país.
La apertura concluyó con las palabras del hombre de más peso en Agricultura, Juan Pazo.
Se presentó como productor agropecuario y con ello destacó “la potencia del campo con enorme capacidad para posicionarnos en el mercado global”, siendo el sector responsable del 60 por ciento de los dólares y generando dos de cada diez puestos de trabajo de la economía nacional.
“Este gobierno cree profundamente en la capacidad del sector”, es por eso que habló de generar “la salida a la baja de la carga impositiva”, para poder innovar y generar condiciones económicas para crecer, para lo cual repitió en varias oportunidades que “hay que ordenar la macroeconomía para que la producción genere riquezas, trabajo y prosperidad”.
De todas maneras, aseguró que “no sólo se baja el costo argentino bajando Retenciones”, sino también favoreciendo la apertura de mercados internacionales, generando lineas de financiamiento para el sector, reduciendo la inflación y mejorando el acceso al crédito y “generando la confianza necesaria para que el productor apueste”.
Para eso el Gobierno subraya que se bajó la brecha cambiaria del 200 al 30%, habiendo crecido el crédito privado 46%, para avanzar en el objetivo de generar condiciones iguales para todos los actores del sistema, “con creatividad, porque plata no tenemos” y es por eso que “en los próximos días vamos a sacar el Pagaré Producto, para que el productor pueda pactar sus créditos, que pueda endeudarse con lo que produce”, entendiendo que este formato “va a quitar incertidumbre al desconocer el precio de venta, porque sabemos endeudarnos en lo que producimos y lo que puede cambiar es el plazo de pago según el valor del producto”.
Pazo sostuvo que el verdadero reto del sector es “tener la capacidad de adaptarse”, pero también apuntando al público joven, los llamó a “no creer en las recetas mágicas, porque hacer siempre lo mismo nos llevó acá y el riesgo es que vuelvan los de antes”, debiendo apostar a los tres derechos fundamentales “la vida, la libertad y la propiedad”.
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