Por 25 toneladas de leche en polvo, Argentina se puede quedar afuera del mundo lácteo

Por Elida Thiery (Bichos de campo) - El mes de octubre empezó con una nueva subasta electrónica de Fonterra marcando una nueva alza para los lácteos. Es el Global Dairy Trade el que marca el pulso y los ánimos en la lechería, generando este martes una expectativa positiva, ya que en general los productos escalaron 1,2%; y en particular la leche entera en polvo subió tres puntos, hasta 3.559 dólares por tonelada.
Pero traer a esta nota una cotización quincenal del principal commodity lácteo tiene otro sentido, al que se le agrega que el producto que sale al mundo desde Argentina tiene siempre un valor algo más alto.
Hace dos años empezábamos a plantearle al sector desde este sitio la necesidad de regresar como país a la Federación Internacional de la Leche. En ese momento, ni productores, ni empresarios se animaban siquiera a pensar en la opción. Sólo había voluntades del INTI Lácteos, manifestándose por la simple lógica de necesitar pertencer para poder evolucionar en las mediciones, reglamentaciones y parámetros que surgen de la entidad con base en Bruselas.
Fue en Nueva Delhi, en septiembre de 2022, que el presidente de la FIL mandaba un mensaje claro a través de Bichos de Campo. Queremos a Argentina de vuelta”, decía en referencia a una historia nuestra plagada de incumplimientos, a pesar de ser una de las naciones que gestó a la entidad.
Desde ese momento, hubo hasta visitas de la dirigencia de FIL al país, intentando con la gestión de Agricultura anterior destrabar el pago de una cuota anual, que había incluso logrado una condonación de la deuda pendiente. Sin embargo, desde la Cumbre de 2023 en Chicago el planteo de la Federación se puso más duro, porque la falta de respuesta y los antecedentes no nos ayudan y el riesgo de expulsión concreta puede estar a unos días de distancia, precisamente el 14 de octubre en la asamblea anual de la FIL este tema se votará, en la previa de la cumbre anual que del 15 al 18 se hará en París.
Los incumplimientos argentinos datan de 1962, un año después de pagar la primera cuota. Hubo un pago en 1987, se renunció a la pertenencia en 1990, retornando de 1998 a 2002. En 2018 durante el Congreso de la Federación Panamericana de la Leche se decidió volver, pero la cuota se pagó parcialmente, para reconocer luego que no se podía cumplir y así se suspendieron los servicios y llegamos hasta acá.
El condicionante son 49 mil dólares. Es mucho para un tambero, también para un industrial, pero es un número afrontable por el sector. Retomemos el valor de la tonelada de leche entera en polvo. Es el equivalente a 13,7 toneladas de LEP, el principal producto exportado por Argentina. Siendo más ambiciosos se estima en el doble el valor de participación de capacitaciones técnicas y protocolos, por lo tanto estamos en unas 25 toneladas de no caernos del mundo, de estar en la conversación internacional lechera.
Cierto es que la lechería se caracteriza en nuestro país por la falta del lobby bien entendido, de la toma de posición, de la defensa de sus intereses más genuinos. Ha dejado el sector pasar las décadas debatiendo siempre las mismas cosas, mientras se presentan problemas de mayor magnitud en lo sanitario, como para simplemente mencionar otros temas.
En el último año el sector se desligó de los Derechos de Exportación, del 9% aplicable a la LEP y del 4,5% a los quesos y demás productos. Antes esa era la limitante, pero ya no lo es más. No tuvo esto un impacto concreto en el precio de la materia prima, pero se podrían juntar 49 mil dólares, de esos casi cien millones que ya no se pagan más, para no estar afuera de lo que la FIL aporta, que no son sólo cuestiones técnicas, científicas o campañas de promoción, sino también hay que entender que pertenecer tiene el privilegio de incentivar negocios, así de sencillo.
La gestión de reingreso no es compleja, se tiene que poner en marcha pronto, se tiene que dar esa señal al mundo, e incluso se podría firmar todo el año que viene, cuando la Cumbre de la FIL se haga en Chile, un país que superó situaciones similares a las nuestras con respecto a la entidad y hoy además e tener una lechería en crecimiento, ostenta el segundo mandato de uno de sus representantes frente a la Fepale.
Es tiempo de madurar los debates, de darse cuenta del estancamiento y de entender que pertenecer siempre tiene sus privilegios. Para quienes no lo tengan claro, no podemos reposicionarnos si no alineamos los criterios con el resto de las potencias y los mercados.
Es como querer ser un gran club de fútbol y negarse a las reglas de la FIFA.
Hay que ponerle racionalidad al tema, lograr mínimos acuerdos y avanzar. Así de fácil, así de complejo, porque resolver internamente los pendientes para evolucionar hacia el exterior hasta el momento no funcionó, entonces correspondería probar la receta inversa, quizá así tengamos algo más de buenaventura.

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