Por Elida Thiery - El Boletín Oficial de la Nación publicó este martes la disposición 25/2024, a partir de la que la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables del Ministerio de Economía genera cambios en el mantenimiento, señalización, dragado, e incluso tarifas para la circulación de la Hidrovía Paraná-Paraguay, mientras se negocian las condiciones de lo que sería un nuevo contrato de licitación a definirse en diciembre.
La Administración General de Puertos y el concesionario Jan De Nul/Compañía Sudamericana de Dragado dieron a conocer a fin del mes pasado un alza en la tarifa de circulación de 4,30 dólares por tonelada, a partir de los 3,06 dólares que antes se facturaban por tonelada FOB.
Si bien la intención es hacer crecer esa cifra a 4,98 dólares por tres años y luego a partir del cuarto retrotraerla a 4,12 dólares, con revisión trimestral automática según el Índice de Precios al Consumidor, el punto clave no está aquí.
Lo que se supo hoy, sorpresivamente fueron las condiciones en las que se mantendrá la Hidrovia, sobre todo de Timbúes hacia el norte.
Entre Punta Indio y el Paraná Inferior, la empresa debe asegurar un calado navegable de 34 pies, desde el kilómetro 470 al 587, simplemente se dedicarán a mantenerlo en 15 pies de profundidad, esto sería sólo de Timbúes al puerto de la ciudad de Santa Fe, llegando a un calado de 5,18 metros, que permite únicamente la navegabilidad de barcazas, debiendo ser de 20 a 22 pies para que puedan seguir circulando barcos.
De Santa Fe hacia el norte, la Disposición indica sostener un calado navegable de 10 pies y una profundidad exigida de 12 pies para los lechos de arena y los suelos semiduros.
Esta medida, que fue inconsulta, que se superpone con todas las gestiones y el seguimiento que estaban haciendo las mesas de las entidades de la producción que en diciembre iban a tener terminada la letra para el contrato de licitación que se podría dar desde el próximo mes de marzo, apura decisiones después de 20 años, en los que los avances en cuanto a la principal vía navegable de América del Sur fueron ínfimas o ligadas a negocios con el poder de turno.
Es la provincia de Santa Fe el núcleo de salida del 75 por ciento de los granos nacionales, ahora, en tiempos con retenciones ya. Claro que todo se concentra en el Gran Rosario y esto, inevitablemente, hace colapsar la zona y demora el desarrollo del centro y norte del territorio que gobierna Maximiliano Pullaro.
Justamente el lunes por la tarde el Gobernador y su Vice habían estado presenciando el envío de 22 mil toneladas de soja desde el Puerto de Santa Fe, de un total de 44 mil comprometidos. Fue allí donde el mandatario reforzó la idea de gestionar para sostener un espacio de suma importancia para el desarrollo no sólo de la capital provincial, del resto del territorio, sino también de amplia influencia para todo el Litoral.
Justamente este miércoles Pullaro estará mañana ante referentes de Economía de la Nación, elevando el tono del reclamo por los dipuesto en cuanto a obras en la Vía Navegable Troncal.
Entonces, hay que entender cuál es la importancia del Puerto de Santa Fe.
Actualmente recibe la producción granaria de la mayorías de las cooperativas agrícola-ganaderas de la provincia y la región, con una capacidad de acopio de 56 mil toneladas. En barco el traslado podría ser mucho más sustentable, pero sólo en barcazas, con cada una se pueden reemplazar a 80 camiones, por la capacidad de 2.300 toneladas.
Sumado a eso, desde hace 110 años cuenta con una planta de combustibles con capacidad superior a 6,5 millones de litros, que se abastecen con siete a diez barcos que arriban por semana y que reemplazan para el aprovisionamiento de toda la zona, reemplazando la circulación de 200 camiones cisterna en el mismo plazo. Sin dragado superior a 20 pies, la posibilidad de recibir barcos se anularía.
El Puerto de Santa Fe está en la mitad del trayecto entre Uruguay y el Puerto de Buenos Aires, es una parada de servicio para quienes bajan desde el norte, pero necesita ser sustentable en el tiempo, recibir barcos, enviar cargas y sobre todo que se respete todo lo dispuesto desde 1993, con un calado de 25 pies.
Consultando a fuentes del sector no quedan dudas que esta decisión arrebatada de un recorte de servicios hasta Timbúes no hará más que impactar negativamente en el Puerto santafesino directamente, al igual que en toda el área productiva.
Con cosechas regulares los puertos del Gran Rosario colapsan, no tienen infraestructura suficiente, se cobran peajes superpuestos en las ciudades, aunque en las terminales la capacidad esté.
Debe haber otra salida más para los granos de más al norte, no se puede operar repentinamente de esta forma inapropiada e inoportuna, afectando costos de productividad, desconociendo los acuerdos que se venían alcanzando.
Alguien dijo en estas horas “Santa Fe es una provincia poderosa”, claro que si, es la invencible como consta en su bandera, pero esto debe estar acompañado de gestiones equitativas y de defensas coherentes de la política, sin importar los colores políticos. Santa Fe no puede focalizar el río Paraná sólo en los puertos del Gran Rosario.
Se entiende que las principales terminales quieran acumular fondos de un peaje más elevado, para optimizar su dragado quizá hasta los 40 pies, para hacer las obras viales que faltan históricamente. Pero las cosas no son así, no hay que hacer colapsar un sector, el deber es repartir la salida de los granos, dispersar el tránsito, e incluso generar más puestos registrados de empleo en otros sectores de la provincia.
Buscar este rumbo común tiene que estar por encima de los intereses de un grupo de privados, nacionales e internacionales, que lograron arrullar a funcionarios dispuestos a firmar de inmediato una disposición negativa e inconsulta con todos los involucrados.
En estos tiempos, más que antes, las definiciones políticas tienen que estar orientadas a mejorar las expectativas de todos, sin favoritismos, sobre todo cuando el mérito alcanza para tener las obras que corresponden.
El Puerto de Santa Fe tiene que seguir amarrando barcos.
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