Por Elida Thiery (Bichos de campo) - En el Diario Federal de la Unión, el equivalente brasileño del Boletín Oficial argentino, con fecha del 10 de diciembre, la Secretaría de Comercio Exterior del Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, a través del Departamento de Defensa Comercial indica que tiene “elementos suficientes que indican la práctica de dumpling en las exportaciones de Argentina y Uruguay a Brasil”, entendiéndolo como un “daño a la industria doméstica”.
Es así que se pide en la comunicación oficial que ya se recibió en ambos países apuntados, “iniciar la investigación para averiguar la existencia de dumping en las exportaciónes de Argentina y Uruguay a Brasil en leche en polvo, entera y descremada, sin fraccionamiento”, detallando las nomenclaturas del Mercosur que abarcan a los productos.
Concretamente la exposición del Gobierno brasileño apunta a las compras que se hacen a granel, para luego fraccionarlas en ese país, las cuales podrían afectar de forma directa a la producción primaria y a la industria láctea, por una competencia directa en cuanto a los precios.
En un extenso documento, se pone énfasis en que de acuerdo a la Encuesta Pecuaria Municipal de 2022, de 5.569 municipios, 5.496 tienen algún volumen de producción de leche, que corresponde al 98,7 por ciento de los distritos relevados, por lo tanto, la producción nacional de leche se encuentra por completo atomizada en todo el país, en las cinco grandes regiones de ese país.
Respecto a la distribución de los productores, el Centro de Inteligencia de la Leche de Embrapa Ganado Lechero, la mayor parte de los productores nacionales, que representan al 70,5 por ciento, producen menos de 50 litros por día y según el Censo Agropecuário/IBGE (2017), el 64% do la leche producida en Brasil corresponde a propiedades encuadradas en la agricultura familiar.
Es así que la actividad del fraccionamiento a un precio que resulta inferior al costo de producción en destino se contradice con los intereses de esa cadena y se comenzó en mayo con este proceso de análisis y consultas.
Del mismo modo, se incluye todo un detalle de antecedentes en situaciones similares anteriores, que datan desde 1999, 2012 y 2017, siempre apuntando a ambas naciones de origen, aunque también Nueva Zelandia y la Unión Europea.
El Gobierno argentino ya respondió en el mes de septiembre por primera vez, continuaron en noviembre y seguirá en este proceso con más énfasis mañana viernes, cuando se incremente el detalle de las ventas, en la figura del agregado Agrícola de la Embajada Argentina en ese país.
Se enfatizará lo ya expuesto, “según el Gobierno de Argentina el pedido tiene una indicación que genera una diferencia entre el producto de la industria doméstica brasileña “Leche en estado natura, obtenido del ordeño de vacas) y el producto importado (leche en polvo), que se daría únicamente en la forma de presentación”, esgrimiéndose diferencias a partir de caracterísiticas físicas, químicas y bromatológicas, los canales de distribución, los usos, la percepción del consumidor, los procesos productivos y el precio.
En la diferencia de la leche en estado natural y la leche en polvo es que desde aquí se aduce “no haber elementos suficientes para la petición” de dumping y no se incluye en el acuerdo existente para evitar este tipo de reclamos.
El Gobierno de Uruguay también viene respondiendo en los mismos términos, sobre la base del Código Alimentario, donde las diferencias entre la leche líquida y en polvo son muy amplias.
Puntualmente, Brasil está teniendo una demanda muy alta de lácteos y la industria doméstica no alcanza a cubrirlo, por lo tanto, la importación es clave para sustentar al mercado, pagando los productos como la leche en polvo en todas sus formas una alícuota del 28 por ciento, con lo cual sigue siendo competitivo el valor para el consumo interno.
El valor por kilo de la leche en polvo exportada a Brasil tiene un costo hoy de 3,69 dólares, mientras que el producto uruguayo se corresponde con 3,79 dólares por kilo, con lo cual se demuestra que los costos son similares y a la vez generan competencia a la hora de definir las compras por parte de los importadores brasileños.
Es deber del Gobierno de Brasil defender a la producción e industria nacional, pero a la vez se releva la productividad a tope y el uso completo de la capacidad instalada de las empresas, con lo cual la competencia presentada deja clara las diferencias que existen entre los sistemas y costos de producción argentinos y uruguayos, los productos diferentes y a la vez la necesidad del mercado de ser abastecido.
Si bien Brasil crece, seguirá precisando durante muchos años de la importación para sustentar su necesidad de lácteos, envasados para la venta en destino o a granel y para ser fraccionado en ese país, que en definitiva es a esta altura del año el principal destino de las ventas externas de lácteos argentinos con el 52 por ciento del total, al cierre del mes de octubre, y que sustenta a diferentes productos en las acciones de comercio exterior, no sólo en leche en polvo, sino también en quesos, principalmente.
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