Por Elida Thiery - Germania es una localidad del noroeste de la provincia de Buenos Aires, donde la lechería sigue fortaleciendo el potencial agropecuario.
“La Monona” es el tambo instalado en un campo de 1.700 hectáreas, resultado de la división en 2020 de una estancia que en los años ´70 la familia Bolletta había comprado, superando una y otra vez los desafíos climáticos.
Con un origen en la ganadería de carne y la agricultura, claramente en la comparación el tambo es mucho más demandante, sobre todo cuando las condiciones del tiempo no colaboran y las lluvias complejizan el día a día, sin embargo la lechería tiene su encanto, a pesar de todo.
María Inés Bolletta, es quien junto a su esposo Luis Jordán y su hijo, Luis, comenzaron a trabajar con el enfoque en la producción de leche, teniendo una experiencia positiva con el uso de un producto clave, Nutriliq de ALZ-Agro, para mejorar la ingesta de alimento desde hace más de 11 años, cuando los rodeos de carne combinaban los rastrojos con el uso de lamedores.
En aquel momento, el nutricionista se los había recomendado para mejorar la producción de leche de la vaca de cría, porque no era utilizado en los tambos. Hoy los resultados demuestran el impacto real para el sector lechero.
En un proceso largo y fructífero fue fundamental cambiar el sistema de producción, teniendo a los animales desde octubre de 2023 en dos galpones dry-lot, con calle de alimentación lateral, mejor ventilación y una capacidad que están poniéndola a prueba gracias al espacio que brinda el patio contiguo, porque de 250 cada uno, hoy tienen a 567 vacas en producción con 36 litros promedio, en total y en dos ordeños diarios, pero ya pensando en tres, mientras se preparan las instalaciones para tener a otro equipo de personas trabajando, incluyendo a un nuevo tanque de frío.
En la sala tradicional se agregaron cuatro bajadas y con 16 en total, líneas de leche actualizadas y habiendo pasado los bretes del formato espina de pescado a los 90 grados, se consigue empujar más el límite que el sistema venía presentando, al que se le proyecta hacia adelante la puesta en marcha del sistema DelPro para un mejor seguimiento productivo y puertas apartadoras.
Más adelante, el masterplan prevé la construcción de dos galpones más y quizá la instalación de un tambo calesita, para mejorar los tiempos de ordeño, en una unidad productiva que tiene hoy a un tambero mediero, con siete personas en la tarea de la fosa y un total de 12 trabajadores con tareas específicas, donde se incluye un galpón móvil para la guachera que hoy tiene a 60 terneras y del que también se tratan efluentes.
“Para el trabajo de la gente, los galpones son un placer, porque todo se hace más confortable, porque la alimentación es la base de cada día y se puede hacer de una manera más ordenada y efectiva”.
María Inés explica que “los galpones aportan confort, porque ya el barro no es un problema, tampoco el calor. Tenemos menos incidencia de mastitis, más salud, mejores niveles reproductivos, mejor descanso de los animales y así mayor productividad”, además de una mayor higiene por flushing y tratamiento de esos efluentes en tres piletas.
En este contexto, controlan mejor la alimentación. “Les encanta seleccionar a las señoritas, por lo tanto les ofrecemos a nuestras vacas un alimento lo más homogéneo posible, mezclando a la TMR con Nutriliq desde hace unos seis años”.
El producto con su formulación 0050 sin urea agregada, genera el aporte de azúcares que brindan energía y ayudan a que se multipliquen las bacterias en el rumen mejorando la digestibilidad de la fibra, con aporte de minerales, siendo una melaza que no atrae moscas y no estresa demás a los animales.
“En una dieta con 30 kilos que se ofrecen en dos entregas por día con mixer, con un estimativo de dos litros de Nutriliq por vaca y por día, que representan unos 538 pesos, los animales comen unos 28,80 kilos, con aproximadamente 52 por ciento de forraje, al que se le agrega grano de maíz, burlanda, harina de soja, Nutriliq y la premezcla vitamínico-mineral. Cada mañana recolectamos lo que no comieron las vacas en producción y ese porcentaje que sobra se entrega a las vacas que están en el proceso de inseminación”.
El cálculo que hacen con este sistema de arrimado de comida es que alrededor del 15 por ciento de lo que antes perdían en los comederos, ahora se aprovecha, “para no perder mucho dinero y hacer más eficiente al tambo, porque las vacas descansando y con confort representan la eficiencia productiva con más salud”.
María Inés explica que tienen producción completa de forraje en el campo con silo de maíz y de vicia, trabajando muy firmemente en “el ahorro en la alimentación y la eficiencia de recursos”.
Los Bolletta, “ya no sabemos como sería alimentar a las vacas sin Nutriliq”, porque la practicidad del preparado y la agilidad que le aporta a la ingesta, con excelente conversión en leche, no les permite siquiera calcular cómo sería sacarlo de la estructura nutricional del tambo, el que lleva el sobrenombre de la mamá de María Inés, el que tiene toda la dedicación y la pasión que la lechería necesita.
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