¿Cómo cerró el año 2024 la lechería argentina?

Con números negativos pero balance final positivo, este sector fundamental de la agroindustria y economía santafesina cerró un ciclo ambiguo.

Por Elida Thiery (Aire de Santa Fe) - La lechería nunca tiene temporadas tranquilas y precisamente en 2024, a pesar de algunos números en rojo, terminó cerrando el período con guiños positivos.
Aunque duela el cierre de las unidades productivas, se tiene que entender que el tambo no deja de ser un negocio, que cuando no funciona en los balances o no tiene quien lo suceda en esquemas familiares, no tiene más destino que su venta, su alquiler e incluso el cambio productivo.
Argentina no se excluye del esquema global de concentración en la actividad y si bien el año anterior tuvo cierta aceleración, no deja de estar en los parámetros promedio.
Con un número de vacas que se mantiene más estable y que habla de la continuidad de los animales en el sistema productivo, fueron 1.483.148 cabezas en el rodeo lechero que se repartió en 9.129 tambos que tienen Renspa activos.
La caída en este registro tiene los motivos de siempre, pero también la salida de los esquemas de reintegro económico por parte del Gobierno, que habían funcionado hasta 2023 con lo que fue el programa Impulso Tambero, para unidades productivas de menos de cinco mil litros diarios.
Concretamente, durante 2024, el tambo promedio en diciembre cerró con una producción diaria de 3.336 litros. En este rango está el 77,1 por ciento de las unidades productivas, que aporta el 37,3 por ciento de la leche cruda total.
Los tambos grandes son el 22,8 por ciento, volcando al mercado industrial el 62,8% de la materia prima.
En Santa Fe particularmente la producción diaria está dada por un tambo promedio de 2.346 litros, aunque con la mayor cantidad de Renspa activos.
Eso representó una facturación negativa mensual de -6,3 por ciento, pero en el balance anual se terminó en 1,5 puntos porcentuales diarios en positivo.
Fue dificil 2024, pero que con la caída de consumo pudo amortiguar la debilidad en la producción de materia prima. Fueron 994 millones de litros procesados en diciembre y 10.590 millones a lo largo del año, -6,8 por ciento respecto a 2023, aunque 4,4 por ciento más que lo que había dejado diciembre de aquel año.
Esta contradicción constante en los datos no queda aquí.
Le cuesta mucho al sector lechero entender que a pesar de las cifras en rojo en muchos de los segmentos, el balance terminó siendo bueno.
Los precios al productor, por la merma productiva y el buen impulso exportador del primer semestre, fueron los que alentaron a las inversiones en los tambos, no sólo en tecnología, sino en pasturas y reservas también.
Diciembre terminó con un precio promedio por litro de 441,1 pesos, destacándose en Santa Fe la cuenca sur que tocó un cociente de 471,4 pesos. Por calidad, por los componente de la matria prima, el kilo se pagó 6.296,65 pesos, siendo esto un aproximado de 127 por ciento en el trayecto anual, superando el ritmo inflacionario de 117,8 puntos.
Estarán quienes salen a recordar todos los años acumulados de pérdidas que tuvo el sector, no sólo por pésimas políticas, sino por la influencia climática en la alimentación, por ejemplo, pero es veraz que por primera vez en 2024 la lechería no tuvo topes en los precios a los productos, en el pago a la producción, que se liberó definitivamente de las retenciones y que incluso comenzaron a rodar los créditos, donde el valor de la materia prima medido por el Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina se toma como parámetro.
Será este 2025 un año de mayores desafíos, porque las condiciones ya están planteadas, donde la base productiva e industrial está dada.
Políticas más adaptadas a la necesidad sectorial, un clima que ya comenzó a dar resultados positivos en la generación de reservas para silos, con pasturas que ya muestran mejoras, ahora sólo se precisa una consecuente mejora en la demanda de los consumidores internos y una normalización en alza de los precios del mercado internacional, para que el pulmón exportador se siga ensanchando para hacer que las rentabilidades crezcan.

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