Con una historia de incumplimientos constantes, Argentina intenta ahora cambiar su comportamiento en la FIL, entidad que rige técnica y científicamente a la lechería mundial.
Por Elida Thiery (Aire de Santa Fe) - Fue en 1903 cuando se conformó la Federación Internacional de Lechería, con Argentina presente en el que fue el primer congreso mundial sectorial. Habiendo sido en 1955 cuando se consiguió el estándar de organización internacional se trabajó siempre por la representación de la cadena lechera, proveyendo fuentes científicas y técnicas, conocimiento y soporte para la promoción y el desarrollo de la leche, los productos lácteos, el acceso a los consumidores, la mejora en la nutrición, la salud y el bienestar.
El trabajo con otras organizaciones globales, la estandarización de criterios y normativas, junto al desarrollo del sector en los diferentes países hacen que en la actualidad sean 43 las naciones que están representadas con el 83 por ciento del total de la materia prima producida en el mundo.
Para entenderlo más simplemente, todas las reglas, normas, certificaciones del universo lechero las fija la Federación Internacional de Lechería y no ser parte significa quedarse al margen del diálogo, los vínculos e incluso los negocios del sector.
En la segunda joranda de Expoagro 2025, fue en el espacio de Entre Ríos donde se convocó a un conversatorio “De regreso a la FIL, ¿por qué es importante la participación de Argentina?”. Con muchos asistentes y una inquietud manifiesta del sector, representada por profesionales, industriales y productores, el intercambio pudo evacuar todas las preguntas para poder avanzar en las instancias definitivas del caso.
El coordinador de Lechería de la provincia de Entre Ríos, del Ministerio de Desarrollo Económico, Horacio Jaureguiberry, acotó que la iniciativa estuvo dada porque “nos interesa mucho el tema de normas de calidad. Vemos que es muy importante, lo estuvimos charlando con el ministro Guillermo Bernaudo y nos dio el ok para hacerlo; y para sumarnos nosotros como Provincia en lo que sea necesario. Creemos que el camino de orden, como siempre lo hemos dicho, es que esto no dependa solamente de la intención de algún gobierno, sino que dependa de la cadena”.
En el encuentro estuvieron presentes sus pares de Santa Fe, Carlos De Lorenzi; y de Córdoba, Marcelo Cravero.
Luego de haber decidido la Dirección Nacional de Lechería hacerse a un lado de la gestión del Comité Nacional y el pago de la cuota anual de afiliación, con décadas de desaciertos de todos los gobiernos, es ahora un grupo de privados el que lleva adelante esta organización, tal como lo explicó ante el auditorio Sebastián Alconada.
Argentina consiguió en octubre pasado no ser expulsada de la entidad y obtuvo una nueva oportunidad, siendo recategorizada en una instancia que no le otorgará derecho a voto durante los próximos cuatro años.
De todas maneras, la próxima semana se recibirá la definición de la Junta de la FIL que en las últimas horas se reunión en Sudáfrica, a partir de la cual se habilitaría la instancia de pago de la cuota y con ello la activación del Comité Nacional, para una posterior conformación de comisiones técnicas, que deberán seleccionarse de las diez disponibles para el trabajo técnico, entre gestión de tambos, métodos de análisis y muestreo, salud y bienestar animal, ciencia y tecnología de los productos lácteos, nutrición y salud, economías y políticas, ambiente, higiene y seguridad, normas alimentarias; y marketing.
Germán Quiroga, que es director Técnico de Mastellone Hnos. y será secretario del Comité Nacional le explicó a Aire Agro que “La FIL elabora, procesa y brinda información clave sobre todo lo relacionado al sector y todos sus eslabones. Investigaciones, innovaciones y tendencias en la industria lechera se actualizan de forma constante desde la entidad y de esta forma se unifican criterios a nivel mundial”, por lo tanto “el reingreso de Argentina nos permitirá retomar estándares que nos permitan mejorar en la calidad y seguridad de la leche y los productos lácteos”.
Concretamente, la intención de darle la potestad a los privados de esta gestión es cambiar el rumbo de una historia que fue mala, pero sobre todo, permitir que todos los eslabones tengan acceso a información clave, que es algo que nunca ocurrió, a pesar de tener FIL más de cien referentes registrados en el país.
“Ahora los datos aportados por la FIL y reportados a ella podrán ser de acceso privilegiado para los integrantes del Comité Nacional, pero también para el resto de la cadena láctea como nunca antes en la historia del sector”, agregó Quiroga en referencia a los relevamientos técnicos y científicos que de manera constante se intercambian con la institución y a partir de lo cual también se organiza un informe anual global.
“El esfuerzo de las empresas, los productores, los profesionales del sector lechero argentino tendrá una etapa de aprendizaje en este primer tramo de reingreso, para comprender el proceso de funcionamiento de la entidad, pero paralelamente permitirá tomar contacto con material técnico, tecnológico y científico clave para poder proyectar de mejor manera a la cadena láctea argentina”, fianlizó.
Es la Escuela Superior Integral de Lechería de la ciudad de Villa María la que coordinará dos aspectos clave en este proceso. En primera instancia la administración de fondos que siguen siendo recaudados, para poder sumar el total de 13.300 euros, que deberán cancelarse la semana próxima.
Además la institución especializada en la formación de futuros profesionales del sector lechero será el eje de la coordinación técnica de las comisiones, donde tomarán parte profesionales de las diferentes empresas industriales, tamberas, instituciones educativas e incluso de organismos estatales como el INTI, o las universidades.
“Lo que estamos haciendo es aportar la estructura de la Escuela para transparentar la recepción de los aportes que se están recaudando y el posterior pago que haremos a la FIL cuando llegue la factura definitiva”, detalló Alfredo Gadara, representante legal de la institución.
“Estamos recibiendo aportes de 50 a 500 dólares de toda la cadena láctea, de profesionales, de productores, de industrias, pero también de diferentes grupos de productores, de industriales e incluso de universidades, lo cual demuestra el interés de muchos por recuperar un lugar fundamental para Argentina en la principal institución lechera a nivel mundial”.
Gadara es concreto con el criterio que se adoptó de recibir aportes de bajos montos, para que nadie tenga preponderancia en las decisiones o la ocupación de lugares decisorios, sino que se respeten las decisiones de un grupo que aceptó una tarea colaborativa, que difiere en absoluto con todo lo obrado en las últimas décadas en este sentido.
La oportunidad es enorme y debe ser aprovechada, para transitar un camino de aprendizaje sobre el funcionamiento de la FIL, sobre la disponibilidad de información, sobre el derrame de la misma para toda la cadena, pero sobre todo para la formación de futuros profesionales, que son los que en breve comenzarán a tomar las decisiones que regirán a un sector que necesita de la formalidad, de la transparencia y la renovación de ideas para crecer y hacer fuerte a la lechería argentina, ubicada entre las diez principales del mundo.
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