En el campo la inseguridad está presente todos los días

Los productores conviven constantemente con situaciones de inseguridad en toda la provincia, hechos que no se previenen, ni se condenan, pero los reclamos vuelven a tomar ritmo.

Robo de metales y cables, como una constante.
Por Elida Thiery (Aire Agro) - Esta semana el tema de la inseguridad rural volvió a tomar fuerza, lamentablemente.
Sin acciones concretas para frenar algo que se ha transfromado en cotidiano, en la Nación, la Provincia y los municipios y comunas, las situaciones siguen dándose con una habitualidad a la que todos se están malacostumbrando.
Este martes la Sociedad Rural de Rafaela emitió un comunicado que retoma los planteos de hace más de un año, por la repetición de situaciones en el centro-oeste provincial que no cesan.
Las unidades productivas, que ya toman como una variable más a las pérdidas por robos de maquinarias, de animales, hechos violentos en cuanto a los rodeos, los bienes móviles, herramientas, las viviendas y galpones, pero sobre todo en cuanto a las personas que hacen a la ruralidad”.
Explica la entidad que “por los caminos rurales que no se mantienen, a pesar de los fondos que aporta el sector para tal fin, circulan libremente los delincuentes y no así las patrullas que deberían estar evitando los delitos, por falta de recursos de todo tipo”.
Sin avances en las investigaciones, sin condenados, ni presos en este tipo de casos, la inseguridad en el campo no forma parte de los temas que deberían tratarse en un año electoral de este calibre para Santa Fe.
No queremos llegar a lamentar alguna pérdida que no sea cuantificable, pero si irreparable”, remarcó la institución, haciendo un llamado a reactivar una mesa sobre seguridad que prometió el Ejecutivo Provincial para calmar los reclamos, pero jamás funcionó.
En este mismo sentido y también el martes, la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias se reunió con Martín Culatto, director del Programa de Seguridad Productiva del Ministerio de Seguridad de la Nación. En el marco de la Mesa Nacional de Delitos Rurales que también ha trabajado en el programa Cosecha Segura, para contener a los transportistas en las zonas portuarias, plantearon la necesidad de implementar con las provincias las medidas para prevenir el delito rural, para lo cual deberían desarrollar una agenda de trabajo conjunto.
Mientras las reuniones pasan y los meses corren, los delitos siguen ocurriendo.
En los últimos días en San Carlos Centro faenaron a tres vacas en un campo, robaron un acoplado repleto de herramientas en Lehmann, un carro de combustible en Angélica; y en un campo de Rafaela destrozaron varias instalaciones.

De pioneros a perjudicados

Félix Beltramino tiene 82 años y sigue trabajando consistentemente en su campo.
Las tierras que su bisabuelo le compró a Guillermo Lehmann en tiempos de la formación de Rafaela, siendo uno de los primeros pobladores, hoy lo ocupan con 120 hectáreas que se destinan a agricultura, mientras que algunos lotes más están alquilados a productores linderos.
Sobre el límite sudeste de la ciudad, en la zona más complicada para el delito rural, a la vera del camino rural 27, en el campo hay de forma constante dos personas para tener control de la propiedad, aunque no haya más animales que una yegua y tres vacas que básicamente mantienen el pasto en el área de la vivienda.
Días atrás, uno de los trabajadores tenía licencia médica y el otro tuvo que ir hasta la ciudad a hacer compras. Cuando volvió se encontró con un desastre en todos los galpones, e incluso en la casa.
Delincuentes aún desconocidos arrancaron los cables de dos bombeadores, también los de un tanque de frío del tambo en desuso, robaron manojos de llaves, destruyeron con una masa el candado de uno de los galpones para robar cosas menores y llegaron a la vivienda, rompiendo la cerradura de ingreso, una ventana y también un candado, hasta que sonó la alarma que había sido instalada hace ocho años, por un robo anterior.
Ese día habia llovido, siendo ese tipo de clima el favorito de los delincuentes porque hay menor circulación en las zonas rurales. Por ese motivo, la Polícia no pudo ingresar de inmediato, necesitando del tractor que los buscó desde el campo. La guardia rural Los Pumas también llegó y atendió correspondientemente la situación, hicieron los relevamientos de rigor y a partir de ese momento hacen recorridos por el sector una o dos veces por día.
El camino con ese vaivén tuvo que ser reparado por el empleado de Beltramino, porque no hubo respuesta municipal en tal sentido, a pesar del pago de la tasa correspondiente.
Días después el hombre encontró un manojo de cables en el camino que los conecta con el barrio 2 de abril. La venta ilegal de metales sigue adelante, a pesar de algún operativo en contra durante el año anterior.
Ya estuve averiguando por más medidas de seguridad en dos empresas. La verdad es que me siento desprotegido, porque estamos cerca de las vías abandonadas del tren Belgrano, que es una selva y sabemos que nos están controlando siempre, que con una sola vez que entraron al campo hicieron un desastre”.
Felix entiende que “la tentación debe ser muy grande, sobre todo para quienes no trabajan más que de hacer guardia en los campos para intentar robar y saben que no hay ley, ni condena”.
Tanto él, su familia, como sus trabajadores, “estamos en una situación de una desprotección total, porque si bien las fuerzas de seguridad se portaron muy bien, sabemos que nadie va a ir preso por esto”.
Esa suerte de resignación no quita que en el área rural se siga colaborando de forma directa con Los Pumas, en primer término, guardia que de tanto en tanto se queda sin móviles para poder atender situaciones de inseguridad en Rosario, por ejemplo.
Beltramino manifestó en su charla con Aire de Santa Fe, “tenemos miedo que un día nos hagan lo mismo que le hicieron al candado del galpón”, sin embargo no cesa en sus denuncias y reclamos, junto al resto de los productores que están en el periurbano, que son controlados de forma estricta en cuanto a aplicaciones de fitosanitarios, que no cesan en el pago de impuestos, “porque sólo para eso parece que estamos”.
La inseguridad está latente en todo el territorio provincial. La falta de reacción política y judicial motiva una mayor cantidad de hechos. El tema debe ser una prioridad y las respuestas inmediatas.
El campo no es sólo una caja económica, es una lugar donde vive gente que produce todos los días y tiene derecho a estar segura. De los poderes del Estado depende el trabajo en este sentido, la prevención, la condena de hechos y el castigo a quienes delinquen. Es muy sencillo el camino, sólo hay que querer recorrerlo.

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