Es santafesino el dulce de leche de los helados que están muy cerca de Dios

Por Elida Thiery (Bichos de campo) - Dicen que los sabores de la niñez ayudan a recorrer el camino gastronómico del resto de nuestras vidas. Algo de eso pasa en Roma y en la ciudad del Vaticano.
Es justamente hacia el sudoeste de ese territorio que sobre la Via Gregorio está Padron Gelateria, el negocio que el argentino Sebastián Padrón desarrolló desde 2018, con helados que encantan y con un dulce de leche especial, que es el elegido del Papa Francisco.
En tiempos de recuperación del Santo Padre y saltando los sacrificios de la Semana Santa, vamos a descubrir el secreto detrás de esa delicia que llega a ser celestial y que tiene en un dulce de leche santafesino todos los secretos.
En 1939, Ignacio Rodríguez inició en Rosario una empresa láctea que creció y luego se instaló a poco de la capital santafesina, en Sauce Viejo, donde se produce queso crema y dulce leche. Ya con cambios en la composición societaria fue para 2012 cuando la firma se estructura como en la actulidad e inicia un proceso de consolidación, incluyendo a la planta de la pequeña localidad de Hipatia, donde se fabrica queso azul.
Las inversiones, la capacitación, generaron para San Ignacio un plafón para llegar a la actualidad con el procesamiento de 30 millones de litros de leche cruda al año, correspondiendo al mercado externo el 18 por ciento de ese total.
Con 85 años de historia la marca conserva cualidades distinguibles.
Nosotros exportamos dos productos, el queso azul y el dulce de leche, diría que en mitades el total. Dentro de lo que es dulce de leche, tenemos las presentaciones que son de food service que representa 55 por ciento, en baldes plástico y potes de cartón; y las presentaciones de retail, que representan 45 por ciento con fracos de vidrio y de plástico”, siendo las unidades en vidrio de 400 gramos las que representan al producto más representativo de la marca.
Fernando Rodríguez Morón, como gerente de Exportación, explica que aunque a los argentinos nos encanta, el camino exportador fue dificil porque al mundo el dulce de leche le parece justamente muy dulce.
San Ignacio empieza con el negocio de exportación en el año 1978, haciendo una primera venta a Alemania. A partir de ahí, ininterrumpidamente, con algunos años muy buenos, con algunos años no tan buenos, mantuvimos nuestro negocio de exportación. Exportar está dentro de la cultura de San Ignacio, forma parte de nuestro ADN. Definitivamente consideramos que el negocio de exportación es algo que tenemos que mantener”.
Rodríguez Morón abunda en que “lo que exportamos nosotros es un producto de consumo masivo, no un commodity, con lo cual puede haber momentos buenos y malos en el negocio exportador, pero tenemos que mantener nuestro negocio, porque salir de un mercado después puede implicar no volver a entrar, por eso siempre la estrategia es tratar de mantener una posición competitiva y mirando el largo plazo”.
A eso se agrega que la tarea de abrir un mercado puntual como el del dulce de leche requiere tiempo, comunicación especial de sus características, es por eso que gran parte de la exportación se enfoca en países con afinidad cultural, como es el caso de Latinoamérica, donde hay otras versiones de dulce de leche, como el arequipe, el manjar, el doce de leite o el dulce de cajeta. La ventaja del producto argentino es su brillo, su sabor, el color, aunque también el sello celeste y blanco que lo distingue.
San Ignacio exporta a Brasil, a Chile, Canadá, Estados Unidos, España, Portugal, Italia, México, Colombia, Israel, Nueva Zelandia y Japón. En 2023 se hizo una exportación a Vietnam, fue una pequeña operación que se mantiene y abre oportunidades en el sudeste asiático.
Sin embargo, el mayor logro reciente en destinos exóticos es el del ingreso a la India.
El trabajo previo a una venta de este estilo lleva tiempo. En el caso de exportación a India yo estuve trabajando en desarrollo con este cliente aproximadamente durante dos años, con todo tipo de vicisitudes antes de la primera entrega, que van desde las regulatorias, las burocráticas, la coordinación con el cliente, pero finalmente lo logramos y la clave está en la paciencia para poder ser exitoso”, argumenta Rodríguez Morón.
Con el primer pallet exportado, se abre la chance de conseguir tener de forma constante un distribuidor que es quien conoce la necesidad y característica del mercado, para poder orientar las ventas.
La India tiene un desarrollo lechero que le permite hoy ser autosuficiente, con pequeños productores se abastece de leche de gran calidad, con una industrialización de gran resultado, con una población en expansión y oportunidades que se abren para sus empresas, pero también para el mundo.
En el caso de Europa, San Ignacio tiene un distribuidor en España, “vendemos un volumen interesante básicamente porque hay una comunidadgrande, tanto argentinos como latinos, que conocen el dulce de leche, no tenemos que contarles de qué se trata el producto y podemos tener una presencia importante en el mercado”.
Entonces desde ahí se llega a las puertas del Vaticano. “Nosotros somos los únicos que podemos exportar a la comunidad europea. A partir de ahí, todo dulce de leche que haya en Europa argentino es nuestro, porque no hay ningún otro que pueda exportar. Nuestro dulce de leche heladero, que es el que se utiliza para fabricar el helado de dulce de leche, la verdad es un muy buen producto y nos pone entre los líderes”.
Esta heladería que está muy cerca del Vaticano, se abastecía de nuestro dulce de leche heladero en su momento, que se distribuía desde España, y a partir de ahí elaboraban el helado de dulce de leche. Después nosotros nos contactamos con ellos, tuvimos un contacto directo con el dueño de la heladería para tener un abastecimiento más fluido, porque necesitaba asegurarse nuestro producto, por la calidad, por las caracterísiticas”.
El Gerente de Exportación reconoció que “hace relativamente poco que sabemos que nuestro dulce de leche es el que llega al Papa como helado”.
Claramente esto le da otra visibilidad a San Ignacio, a esta pyme santafesina, que a través de dos productos que nos distinguen tanto llegan a un lugar único, combianando dulce de leche y helado y todo con sello argentino.
En Argentina hay un montón de marcas de dulce de leche, tanto las masivas, como las regionales. El producto del dulce de leche está hecho de una manera bastante artesanal. Tiene artesanalidad en su elaboración, cocinado en pailas por un maestro dulcero, que es el que va controlando el proceso para dar con el punto que él considera que es el justo y cada empresa tiene su secreto, pero nosotros destacamos nuestro sabor, textura, color, somos el mejor dulce de leche”.
Es el paladar de cada uno el que define al mejor, pero sobre todo los consumidores reconocen una receta sostenida, un producto que a lo largo de los años conserva todas sus características, producido en una industria y sin dejar de ser artesanal.
Yo participo en ferias internacionales y todos los que lo prueban se enamoran del producto, porque nuestro dulce de leche está elaborado cien por ciento con leche fluida, mientras que los dulces de leche que tenemos como competencia en Europa, no son dulces de leche porque no están elaborados con leche fluida, sino porque les incorporan leche en polvo, con lo cual eso hace que el producto sea distinto, mientras que hay otros que les incorporan materias primas de origen vegetal, con lo cual automáticamente lo saca de la categoría dulce de leche según los códigos alimentarios”.
Los próximos pasos podrían ser el desarrollo en Inglaterra, en algún país del norte de Europa y este año se plantean avances en ese sentido.
El negocio de exportación de dulce leche, tiene dos patas, el volumen y el valor agregado, pudiendo en estos destinos conseguir consumidores más exigentes y que pagan por la calidad”, concluyó, con el orgullo manifiesto de estar ofreciendo en el mundo “el dulce de leche de Dios”.

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