Este viernes de hizo la jura en pista. Aunque con pocos animales, en un año interesante para el sector, se revivió la tradición lechera.
Por Elida Thiery (AireAgro) - Nada es sencillo en el sector lechero argentino, sin embargo, este año se logró el regreso de la raza Holando Argentino a la pista de la Expo Rural de Palermo.
Repasando la historia inmediata, el año más penoso había sido 2016 cuando sólo se presentaron nueve animales, sin poder considerar a un gran campeón por la baja cantidad de ejemplares; en 2015 se habían contado 15 de dos cabañas, aunque en 2019 habían repuntado la raza con 72 ejemplares.
Aquella salvada en el primer año de gobierno de Mauricio Macri la había hecho Teo Mulder, el titular de la cabaña El Solaz, el mismo que este año con cinco ejemplares logró que vuelva la jura a la arena y ante un público entusiasmado y atento, a pesar del clima gris, fresco y lluvioso.
No es menor recordar que Palermo se había suspendido por pandemia en 2020 y 2021, por lo tanto, la ausencia de la raza más lechera se dio desde 2022.
Los costos del traslado de los animales desde las cabañas, que principalmente se ubican en el centro de Santa Fe, el costo de la inscripción, la obligatoriedad de alimentar a los ejemplares con los fardos que proporciona la Sociedad Rural Argentina en sus galpones, fueron algunas de las trabas para llegar hasta Palermo, pero claramente la crisis sectorial fue lo más determinante.
Aquel recuerdo de 2022 hace que nos remontemos a la sequía, a los dólares soja que le pegaron a la lechería, entre otras variables, como las internas de siempre en el sector.
De todas maneras, en las exposiciones de 2023 y 2024 había habido una mayor amplitud sectorial con los Espacios Lecheros. El primer año con animales que se ordeñaban con máquinas más tradicionales, mientras que en la edición anterior se logró por primera vez en una exposición la instalación de un robot ordeñador que en vivo y varias veces por día mostraba la tecnología para una tribuna colmada de público.
En este 2025 no se pudo lograr esa sintonía. De todas maneras, las blancas y negras fueron parte de la agenda de jura.
Fue dura la pelea para traer animales, pero con decisión se logró usted estaba decidido y trajo. "Con ayuda de varios que me han aportado dinero para poder venir, acá estamos. Yo soy un simple tamberito, que tengo la cabaña porque me gusta, porque mi hobby son las vacas".
"La vidriera de todo el país es la pista de Palermo. Ahora, que no haya una vaca holando en la pista me parecía muy triste. Yo vine los tres años anteriores y venía caminando por acá y no había ninguna vaca blanca y negra y me iba enseguida de vuelta".
Lo que Mulder explica es que es cierto que "no se pueden comercializar a toros, ni se puede vender nada porque no hay compradores. En la provincia de Buenos Aires se hace mucha inseminación artificial. Tambos chicos quedan pocos, entonces hay poco mercado de cabañas de pedigree".
La actividad de cabañas quedó más concentrada en el centro de Santa Fe y Córdoba, "entonces además los costos que se hacen muy grandes, para venir tenes que abandonar tu campo una semana, alquilar hoteles, darle de comer a la gente. Es una raza que tiene que estar continuamente cuidada".
Con ocho animales y cuatro personas para cubrir los turnos en el galpón, se logró una interesante jura.
"Este año el desafío era venir, ver cuál era el mejor de nuestros animales, pero para el año que viene tenemos que tener compañía. Vamos a trabajar en eso cuando termine Palermo ya vamos a empezar a movernos, a remar para ver si podemos".
Lo cierto es que mañana como sencillos campeones pasarán una vaca y un toro Holando en el desfile, "para que los vea Milei", explicó a Aire Agro, Mulder.
En tanto, Leonardo García, en su primera experiencia como jurado en pistas argentinas y debutando a lo grande en Palermo, eligió al box 1147 como la mejor de la muestra, con el 1145 como reservada. No hubo gran campeón por no llegar al número de 30 inscriptos en la raza.
Emocionado por el honor de estar en la pista, nos contó "hoy lo viví como el primer día que vine a Palermo, con la misma adrenalina".
"Como hoy está la lechería, en un momento creo que bueno, hay que fortalecer la pista de Palermo que es muy representativa para los que criamos vacas, los que queremos mostrar lo que hacemos en un lugar incomparable".
Como si tuviera una fila de muchos animales, la relevancia de este viernes estuvo en el regreso y con buenos ejemplares, muy lecheros, medianos, con mucha capacidad y estructura, buenas ubres y patas.
García tuvo como secretarias a sus hijas Lucía y Martina y ante él público comentó "este es el reflejo de lo que el productor lechero está haciendo en la Argentina, puertas adentro, y nos tenemos que poner muy orgullosos. Necesitamos una sola cosa, ponernos de acuerdo entre todos, que es lo más difícil, pero creo que lo podemos lograr, porque a la raza no la hago yo, la hacemos entre todos".
Es muy bueno su mensaje, "de la vaca lechera vivimos todos, y bueno, entre todos tenemos que agarrarnos la mano y mirar para adelante, porque lo que viene para la lechería, es muy bueno y lo tenemos que aprovechar".
Leonardo fue tambero, criador, presentador y hoy se desempeñan en el ámbito de la genética. Estuvo hace años en el bozal de las vacas y ganó mucho en Palermo. Hoy las juró, su gusto estuvo a la vista y su orgullo en la tarea trascendió al perímetro del cuarto de pista reservado para el regreso de la raza y el aplauso que incluyó al presidente de la SRA, Nicolás Pino, que estuvo en la premiación.
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