En medio de las inundaciones, el futuro de una pyme láctea de French depende del arreglo de un camino de 2,5 kilómetros

Por Elida Thiery (Bichos de campo) - Hace un año y medio Lorna Quiroga, en la localidad bonaerense de French, arrancaba el sueño de tener su propia pyme láctea. Junto con su marido comenzaron a producir mozzarella, queso cremoso y barra, de vez en cuando algún queso duro según la demanda, llegando a una capacidad diaria de proceso muy pareja, con dos locales de venta al público en 9 de Julio y una distribución que llegaba a diferentes provincias.
Loma Bonita estaba en marzo produciendo a buen ritmo, hasta que la naturaleza y los humanos se combinaron de mala forma.
Nosotros estábamos elaborando en la fábrica, teníamos una producción de 45 mil litros diarios. La relación con los empleados es buenísima, trabajábamos las 8 horas normales”.
Un día nos llamaron de la Municipalidad de 9 de Julio para estar en un desayuno empresarial. Nosotros ya veíamos que el camino que llega a nuestra fábrica estaba deteriorándose con mucha lluvia, entonces le manifestamos a la Intendente este tema de los caminos, para que den una mano. Veíamos que se venía el agua y que no íbamos a poder pasar”. “Nos dijeron que sí, que nos iban a ayudar, pero nunca más, ni nos invitaron a los desayunos, ni nada”.
Lorna Quiroga cuenta cómo “se cortó la relación” con el Municipio al que aportan, donde dan empleo y viven, sólo por pedir atención y obras que merecen.
Empezó a llover, empezamos a meterle 80 camionadas de escombro al camino, en marzo, cuando empezaron las lluvias fuertes. Ya después se volvió intransitable y veníamos, cargábamos la leche con el acoplado, y lo trasladábamos con un tractor que nos habíamos comprado, hasta la fábrica. Los chicos también entraban en los carros para poder trabajar”.
Desde el último pavimento sólo tienen dos kilómetros y medio por este camino, siendo un kilómetro el más complicado de atravesar.
Durante todos estos meses los carros tirados por el tractor fueron los que trasladaron la leche cruda, las personas, los insumos y los productos para poder seguir adelante y para que las ventas no se frenen, ni en esa zona, ni para el resto de los clientes en el país, en destinos como Mendoza, La Costa, Buenos Aires o Viedma, entre otros.
Teníamos que sacar la mercadería, porque si no nos fundíamos”, apunta, teniendo en cuenta que detrás de la empresa hay trabajadores, proveedores de insumos, de servicios, pero también un grupo de tambos de la zona que dependen directamente del pago de la materia prima.
La recolección de la leche se fue acomodando, encontraron las alternativas de caminos, pero lo dificil era entrar a la fábrica.
Empezó a hacerse dificil llegar. Un día casi se da vuelta el carro y ahí dijimos basta, porque no podíamos trabajar más así”.
Lorna explica que la gran ayuda vino de uno de sus colegas, de la pyme La Junta de Nicolás Ruiz, que le abrió su planta, le dio las llaves de la empresa, para que puedan trabajar en contraturno, aprovechar las ocho horas en las que no procesaban, para no parar, no perder la leche y fundamentalmente no dejar de pagar los salarios.
Como es una empresa más chiquita, con menos capacidad en las cámaras, teníamos que seguir entrando con el carro para guardar la mercadería en nuestra cámara de frío. Arrancamos con 15 mil litros por días, en el turno que teníamos. Al resto de la leche la vendíamos, pero ya hoy no nos compran más la leche, porque hay mucha leche, mucha producción y nadie la recibe, entonces, la tenemos que producir o producir, porque a los tambos no les podemos decir que no les compramos más”.
Lo que pasa hoy es que están debiendo a los productores 15 días de leche, por las complicaciones que se dieron no sólo con las lluvias de este fin de semana, sino por las anteriores de hace más de una semana y ya no pueden acceder más a la fábrica, mucho menos para llevar y traer mercadería.
Las cámaras están vacías, la fábrica está vacía. No hay nada, no hay insumos, no tenemos nada ahí. Cuando volvamos, tenemos que llevar todo de nuevo, inclusive herramientas que trajimos a esta fábrica para poder agilizar la producción”, mientras “los tambos nos están aguantando, con la mayor voluntad, porque están todos con nosotros, la solidaridad es inmensa, tanto de la gente de acá de la ciudad, como de los tambos, es muchísimo lo que la gente haciendo por nosotros, salvo quienes tienen que ayudarnos a arreglar el camino”.
Lorna explica que se les está complicando juntar el dinero para poder pagar los sueldos y pagar las cargas sociales.
Con la ausencia de la gestión de María José Gentile, a pesar de tener la responsabilidad sobre el distrito, de recuadar tasas e impuestos y de contar con la maquinaria para las obras fundamentales, los vecinos están a la deriva y bajo el agua desde hace casi seis meses.
Aunque las imágenes del desastre en infraestructura nunca dejaron de circular, fue la exposición en medios nacionales que se dieron el día domingo lo que hicieron reaccionar a las autoridades, quizá un poco empujados los gestos por la inminencia electoral, pero llegaron con el primer día septiembre las promesas de atender hoy la mejora de los caminos.
Puntualmente, desde la Gobernación de Buenos Aires y el Ministerio de Desarrollo Agrario, comprometieron el trabajo sobre los 2,5 kilómetros del trazado que habilitaría la circulación hasta la planta de Loma Bonita, para resguardar una 20 de puestos de trabajo que dependen de la empresa, entre otros impactos.
Este martes por la mañana personal enviado por la provincia estuvo en el lugar relevando el trabajo que comprometieron a iniciar este miércoles, con personal y maquinaria de la órbita bonaerense, mucho más allá de la inacción municipal.
Sería bueno que la reacción se multiplique para realizar canalizaciones, alcantarillados e incluso terminar la famosa obra para escurrir de forma adecuada el Río Salado y así ponerle fin al castigo que en cada fase de lluvias padece este sector de Buenos Aires.

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