Con 90 años en la lechería, los robots a los Bocco les cambiaron el horizonte

Desde Presidente Roca, mantuvieron el sistema de producción y mejoraron el manejo gracias a los datos de la robotización, promoviendo más capacidades en el personal.

Marcos y Alejandro son los que operan los robots.
Por Elida Thiery (Aire Agro) - El Establecimiento Don Lorenzo es una empresa tambera de gestión familiar, con más de 90 años de trayectoria, que hace poco más de un año y medio dió un salto cualitativo al incorporar tres robots de ordeño, consiguiendo conservar el sistema productivo, pero con mayor eficiencia y bienestar animal en esta unidad productiva.
Con un sistema pastoril suplementado, José y Gabriel Bocco, son hermanos y socios contando con la ayuda de sus hijos Agustín y Nicolás, para desarrollar una empresa que evolucionó del ordeño manual en brete a la par, hasta lo más novedoso del mercado en Presidente Roca, en el centro-oeste santafesino.
Fue hace casi tres años cuando “tomamos la decisión de colocar robots por el hecho de que no modificamos a las vacas, no modificamos la alimentación, no modificamos prácticamente nada de lo que es la producción, salvo la forma de ordeñar. Por eso la incorporación de los robots y además la tecnología o la información que nos genera”, explica Agustín Bocco desde la sala dispuesta para la lectura y el análisis de datos, e incluso la planificación de un trabajo que les permitió duplicar la producción, con un rodeo actual de 190 vacas, pasando de 14 a 28 litros diarios, con un margen de 12 litros libres de alimentación por vaca.

Robotización y datos

La rápida adaptación de los animales fue una sorpresa positiva, porque el paso de la fosa al robot lo hicieron en un día y medio, mientras que en cinco días los animales ya circulaban solos.
Los Bocco invierten en tecnología y bienestar, complementando los robots con ventiladores, aspersores, pisos de goma y cepillo rotativo, además de sombra fija y móvil en el campo.
Si bien “nunca usamos todos los datos, porque se genera demasiada información. Sí ayudan muchísimo, producción por cuarto, sangre, conductividad”, explica sobre el caudal de datos de los robots que ayudan a “detectar mastitis, para detectar problemas de sangre en leche, para detectar alguna indigestión, que se detectan bastante rápido porque hay caída de la producción”.
En el horizonte de inversiones, los Bocco tienen la voluntad de instalar un cuarto robot De Laval, que sumaría capacidad para unas 70 vacas extra, a lo que se agregaría una pista de alimentación y “probablemente lo que le siga va a ser una cama fría para el verano, para usar únicamente en las horas de mayor calor, porque siempre queremos mantener el pastoreo, pero queremos combatir un poco mejor el calor”.

Mejor organización del trabajo

La robotización supuso una redefinición de tareas para el personal.
Marcos Dietz y Alejandro Martínez reconocen que el cambio les exigió un periodo de adaptación, pero hoy están conformes.
La tecnología del robot "nos permite organizar un poco más”, porque “con todos los datos que nos brinda la computadora y el sistema nos permiten trabajar mucho más puntualmente sobre los problemas que nosotros vemos, es mucho más fácil de lo que era antes”. Los índices y las bajas en la producción se detectan de inmediato, permitiendo una prevención más rápida de problemas y enfermedades.
Con dos turnos de trabajo diario, descansos fin de semana de por medio, junto con Ana Laura que trabaja en la crianza artificial, dedican la mayor parte del tiempo a la alimentación, los tratamientos y a la limpieza de los espacios de ordeño y espera, que cada día demandan más de dos horas y con un futuro sistema de flushing, podrían optimizar ese tiempo en otras tareas.
Marcos Dietz sostiene que “el robot no sé si te saca más laburo, yo creo que hay más que en el tambo convencional, porque esto te exige más, tenés mucha información en la cual trabajar, pero también en todo lo que tiene que ver con el bienestar animal, porque cada tres horas estamos detrás de las vacas”, por eso “hay que tener mucho entusiasmo y dedicación para esto”.

Mayor bienestar animal

Para Alejandro Martínez, lo más difícil fue superar la etapa de conocer el sistema y el uso de la información, pero valora el resultado, con el robot “lográs mayor producción, mayor estabilidad, los animales en confort, están mucho mejor que en un tambo convencional”, pudiendo “subir mucho el potencial productivo, que es algo que yo creo que todo productor quiere conseguir, la mayor eficacia posible sobre los animales y la infraestructura que tiene”.
Para este momento de cambio generacional en el sector lechero, la tecnología le permite a los más jóvenes de cada empresa “enfocarse en la información, esto no es que te libera cargas horarias para el trabajador, para el operario, sino que te da facilidades para el manejo”. Si a un robot sólo se lo tiene para ordeñar y no se sigue la información, “es preferible ir a un tambito con fosa”.

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