A dos semanas de su estreno mundial en la Costa Azul, el Código Da Vinci, la película protagonizada por Tom Hanks y Audrey Tatou que se encargará de seguir difundiendo la teoría de Dan Brown sobre la descendencia de Jesús y María Magdalena, que continúa siendo best-seller mundial sin importar casi el número de meses, comienza a sufrir vestigios de censura.
Brown había sido acusado de plagio por un inglés, pero salió ileso, lo cual permitió que se libere el estreno de la película durante el festival de Cannes, el 17 de mayo, llegando la cinta al resto del mundo un día después. Ahora el suceso intrincado se dio en Roma, no por culpa de Tom Cruise que está promocionando alí Misión Imposible 3, ni tampoco por la desautorización del Vaticano, ni por el pedido del Opus Dei para colocar una aclaración antes del inicio de la película donde se diga que todo lo mostrado es parte de la ficción.
El ministro del Interior italiano acompañado por representates del clero y oficiales de policía, quitó un poster promocional del Código Da Vinci, ubicado frente a la iglesia de San Pantaleo, que por estar siendo remodelada tiene paneles disponibles para publicidad a su alrededor.
En uno de los lugares más concurridos del centro histórico de la ciudad que fuera centro de uno de los imperios más reconocidos de la humanidad, estaba fija la mirada de la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci, la obra que dispara la investigación de los protagonistas de la trama, pero tal como se expresó oficialmente, "eso estaba causando problemas, porque la película no cuenta con el favoritismo de los círculos eclesiásticos".
Pareciera que quienes aportaron para el mejoramiento de la iglesia no acuerdan con la teoría que contradice siglos enteros de enseñanzas cristianas. A pesar que las movidas para convocar a un boicot, tanto del libro como de la revista, fueron muchas, no tuvieron éxito, todo lo contrario a lo sucedido con millones de personas que ya leyeron la historia y se puede decir que no tienen muchas dudas de su posible confirmación.
Brown había sido acusado de plagio por un inglés, pero salió ileso, lo cual permitió que se libere el estreno de la película durante el festival de Cannes, el 17 de mayo, llegando la cinta al resto del mundo un día después. Ahora el suceso intrincado se dio en Roma, no por culpa de Tom Cruise que está promocionando alí Misión Imposible 3, ni tampoco por la desautorización del Vaticano, ni por el pedido del Opus Dei para colocar una aclaración antes del inicio de la película donde se diga que todo lo mostrado es parte de la ficción.
El ministro del Interior italiano acompañado por representates del clero y oficiales de policía, quitó un poster promocional del Código Da Vinci, ubicado frente a la iglesia de San Pantaleo, que por estar siendo remodelada tiene paneles disponibles para publicidad a su alrededor.
En uno de los lugares más concurridos del centro histórico de la ciudad que fuera centro de uno de los imperios más reconocidos de la humanidad, estaba fija la mirada de la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci, la obra que dispara la investigación de los protagonistas de la trama, pero tal como se expresó oficialmente, "eso estaba causando problemas, porque la película no cuenta con el favoritismo de los círculos eclesiásticos".
Pareciera que quienes aportaron para el mejoramiento de la iglesia no acuerdan con la teoría que contradice siglos enteros de enseñanzas cristianas. A pesar que las movidas para convocar a un boicot, tanto del libro como de la revista, fueron muchas, no tuvieron éxito, todo lo contrario a lo sucedido con millones de personas que ya leyeron la historia y se puede decir que no tienen muchas dudas de su posible confirmación.
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