Según O'Donnell "la Argentina siempre fue un país de esperanza"

El escritor, médico y político Mario "Pacho" O'Donnell disertó ayer en Rafaela sobre "Centralismo y provincias", en un marco de realidad reiterado, de historias conocidas y recuperadas con el mismo impulso de la cotidianeidad celeste y blanca.

El encanto de las personas muy formadas se transmite por las palabras, los gestos y en el caso de "Pacho" O'Donnell por la mirada repartida entre el color verde y celeste de sus ojos. Con mucha historia vivida y aprehendida de la mejor manera, sabiendo explicar cada detalle, antes de brindar su charla en la Asociación Médica, este intelectual multifacético abrió alguno de sus criterios en un diálogo distendido con los medios locales.
"Indudablemente hemos aprendido que no hay un sistema mejor que la democracia, porque hechos muy graves que han pasado en estos 25 años, en otros momentos hubieran determinado que la esperanza sobre un régimen militar, autoritario, era capaz de resolver las cosas mejor", con voz de tono grave y silencios valiosos comentó un nuevo aniversario del triunfo de la fórmula Raúl Alfonsín y Víctor Martínez para la conducción argentina. Más allá de esta recuperación de derechos, "han sido 25 años de una democracia imperfecta", en cuanto a los ejercicios cargados de "torpeza, impericia" en los cuales, según el escritor y médico que supo combinar responsabilidades públicas con pasiones innatas, se debe analizar "la compatibilidad de la democracia y el mercado en un país periférico como el nuestro, porque tienen expectativas y esencialidades, no sólo distintas, sino a veces contradictorias".
La generación de reflexión a partir de la suya propia plantea realidades como "la existencia de un pensamiento único y no hay grandes diferencias ideológicas como las había durante la Guerra Fría, creo que hay un pensamiento hegemónico, liberal y capitalista en el mundo, donde existen ciertas diferencias de grado". Puede esto aportar un análisis a grandes rasgos de las luchas de poder que hoy se plantean, tanto en lo nacional, como en los ejemplos que él mismo aportó sobre la puja Obama-McCain en Estados Unidos por el nuevo gobierno. Pero sin escapar a la crítica "creo que el Gobierno nacional tiene cierta capacidad de generar confusión y tempestades innecesarias", dentro de una marea difícil de racionalizar.

ETERNO RETORNO

El arraigo que la tierra argentina provoca en sus habitantes y nacidos, más allá de los dolores y frustraciones de la historia cíclica, no se puede negar la lucha hacia una eterna y coartada superación. Mario O'Donnell se muestra convencido sobre que "la Argentina siempre fue un país de esperanza y es como que siempre tuvimos claro que aquello que ambicionábamos era posible, lo que pasa que después se hacen imposibles por los factores humanos, pero somos capaces de renovar la esperanza y eso es algo positivo. Tenemos una gran capacidad de optimismo, pero eso no es óbice de que hayamos tenido pérdidas muy importantes, porque cuando uno viaja por el mundo se encuentra con argentinos que han buscado su lugar bajo el sol por otros lados", refiriendo al abandono desauciado o forzoso. En su cadencia poética coloquial ve al país en "una etapa crítica, de preocupación. Los argentinos hemos desarrollado un olfato que nos deja percibir cuándo viene la tormenta; y ahora en medio de la crisis mundial, el tema de la incautación de los fondos de las jubilaciones; y el problema del campo, lo que hacen es agravar el panorama", sustanciado en el derroche en subsidios desde el poder, mientras los problemas fundamentales de un sistema energético, infraestructuras y demás, dan pie a "empezar a lamentar el no haber aprovechado el tiempo del viento de cola", cuando el crecimiento nos fue favorable y no se supo capitalizar.

EN SUS LETRAS

Antes de referirse a su "flamantísimo" libro "Caudillos federales", sobre el que se basó su exposición ante un auditorio mixto y colmado, O'Donnell se atrevió a considerar "que el conflicto campo-Gobierno, está mal bautizado, ha sido la reaparición en superficie del irresuelto problema de centralismo versus el federalismo". La tirantez entre la superioridad de Buenos Aires sobre el resto de las provincias, que generara poco después de la época de la colonia el surgimiento de los caudillos, con un ejemplo remarcable como el del Brigadier Estanislao López en Santa Fe, pasó a transformarse en un centralismo del Poder Ejecutivo Nacional bajo un formato más claro de país, cuya coincidencia de ubicación geográfica "no es casual". "Pacho" rescata las curiosidades del reclamo de una justa coparticipación a la cual le puso voz estridente el campo, "con un poder ejecutivo rico y provincias pobres, en un país absurdamente unitario que debería encontrar una forma más federal, que los ingresos federales se repartan más generosamente y que las provincias tengan derecho de hacer sus caminos y no tengan que salir a mendigar, lo cual hace a un mal funcionamiento que tiene sus claras consecuencias".
En honor a su sapiencia O'Donnnell infirió que "los caudillos son los grandes derrotados por el proyecto oportunista de la macrocefalia porteña... habría que pensar qué hubiera pasado si hubieran triunfado", a modo de conclusión que no se hizo esperar, "seguramente un país federal hubiera sido mucho mejor".


Elida Thiery

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