Mayor control aseguraría la aplicación de fitosanitarios

Mucho se dice con poca certeza de los fitosanitarios. En eso halló la razón la convocatoria de la Sociedad Rural de Rafaela ayer, en una jornada desdoblada, donde los ingenieros agrónomos Alberto Etiennot (UBA) y Augusto Piazza (UADE), desarrollaron una capacitación sobre "Manejo y Aplicación de Fitosanitarios".
Por la mañana se hicieron presentes representantes del Colegio de Ingenieros Agrónomos, de empresas de fumigación, presidentes comunales o funcionarios de Aurelia, Lehmann, Colonia Margarita, Pueblo Marini, Susana, San Vicente, Colonia Aldao, Tacural, Eusebia, Sunchales; y Presidente Roca, además de funcionarios, concejales y el intendente de la ciudad de Rafaela. De esta manera se explicó de una manera más técnica las alternativas de las aplicaciones y los estudios desarrollados en cuando a los agroquímicos. Por la tarde se reiteró el panorama, pero ya en una charla abierta.
El manejo de los agroquímicos siempre tendió a un debate orientado a estar en un constante trabajo para reducir los posibles efectos de toxicidad, sin embargo, en los últimos años el tema cobró mayor envergadura, ya que se malinterpretaron algunos efectos que "afortunadamente, a medida que vamos avanzando, fueron apareciendo signos más que evidentes que toda esta campaña en contra no dejaba de ser más que una mera presentación". Lo que Etiennot explicó a LA OPINION es que a través de un trabajo que por pedido de la Presidente de la Nación, el Conicet realizó todo un balance sobre los agroquímicos; y específicamente sobre el glifosato, para determinar que bien utilizados los productos no traían inconvenientes, ratificado esto recientemente por otro análisis producido por la UNL.
Ciertamente no existen pruebas, ni siquiera en los casos testigo de La Leonesa en el Chaco y de San Jorge en nuestra Provincia, donde intervino el Poder Judicial para evitar la fumigación, de proliferación de malformaciones o mayores afecciones con cáncer. Esto incluso fue desmentido por el Ministro de Salud provincial días atrás, bajándole intensidad al tema.
"La intención es que la población tome conciencia que aplicando bien los productos agroquímicos, se tiene que actuar igual que con los medicamentos", graficó Etiennot, lo cual fue corroborado por Piazza, que se enfocó más sobre todos los mitos que rondan a estos productos.
"Cuando hacemos una comparación de todos los días, tomando la dosis letal aguda, el glifosato es menor que la sal de mesa y la nicotina, por ejemplo", dijo Piazza. Toda esta clasificación toxicológica la hace la Organización Mundial de la Salud, e incluso la Agencia Internacional del Cáncer, califica al glifosato en la categoría última de los probables cancerígenos. Es por eso que las exageraciones cuando se considera este producto, redundan en mayor preocupación para la sociedad sobre bases no tan sustentables.
Actualmente las buenas prácticas agrícolas son la solución a todo este tipo de choque de miradas. "Todas las instituciones rurales, las universidades, los municipios, todos tenemos que entrar detrás de esto para mejorar la calidad de la aplicación, pero es un trabajo paciente y continuo que tenemos que asumir todos", sostuvo Etiennot en diálogo con este Diario, mientras que su par advirtió que estas capacitaciones son bien recibidas y desde aquí debe partir la "credencial de calidad de aplicación de buenas prácticas agrícolas", como dice Piazza, por la generación de conciencia que se logra.
Lo propuesto ayer y que interesó a Omar Perotti, para entender más las maneras de segmentar las aplicaciones de fitosanitarios, entiende desde la mirada de estos especialistas que según el producto se tiene que fijar el límite de pulverización. "Presentamos un cuadro de sugerencias en metros, basada en la calificación toxicológica de los productos".
Por ejemplo, en los primeros cien metros de la línea agronómica, "si alguien quiere aplicar producto de clase 4, que es la menos tóxica y donde está precisamente el glifosato, se debería hacer sólo con la presencia física y real de un ingeniero agrónomo matriculado y autorización de la autoridad competente, como el Municipio". A medida que se avanza en distancia se van liberando las categorías, siempre y cuando sean productos aprobados por el Senasa, recomendó Etiennot.
Es entonces que el Ing. Piazza remarcó que "el fosfuro de aluminio es un producto que se usa en el campo y en los silos para controlar a los insectos que atacan los granos, eso es mucho más tóxico y fue lo que provocó la muerte de dos camioneros, por un mal uso, porque no está autorizado el tratamiento en camiones, sólo en plantas".
Esto demuestra que con todas las clasificaciones hechas, lo único que se precisa es mayor normativa y control en cuanto a la aplicación de la misma. Cabe pensar que lo mismo debería suceder con los venenos para combatir insectos en las ciudades, entre muchos otros ejemplos, que se dan dentro de todas las zonas urbanas.

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