La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa manifiesta su indignación por la situación de desnutrición infantil que padece el noreste argentino.
La Argentina produce alimentos para una población que supera ampliamente la cantidad de habitantes que alberga y los productores argentinos cumplen acabadamente con la responsabilidad moral que implica generar alimentos en cantidad y calidad para satisfacer las necesidades de la comunidad a la que están indisolublemente ligados.
Además, el sector agropecuario aporta, por la vía impositiva, cuantiosos recursos al fisco, los cuales, correctamente asignados, deberían ser más que suficientes para solventar las necesidades de la población con dificultades para acceder a un nivel de alimentación adecuado a las expectativas de la sociedad argentina.
Por lo tanto, el hambre no depende de la escasez material, sino de la indebida asignación de recursos sociales e institucionales. El Estado es el principal responsable de esta situación, debiendo en consecuencia adoptar las medidas que resulten necesarias para garantizar la cobertura alimentaria y nutricional.
El Movimiento Rural Confederado de Buenos Aires y La Pampa, profunda y solidariamente comprometido con el desarrollo pleno de las comunidades del interior, considera que en nuestra Argentina resulta inadmisible que un sector de la población padezca las consecuencias de una alimentación deficiente.
Esta lamentable situación sólo es fruto de políticas desacertadas que deben revertirse urgentemente, en pos de un país capaz de generar condiciones de vida dignas para todos sus habitantes.
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