Siempre se habla de la ciudad como emblema de la lechería nacional, pero también en el aspecto de la preciación de los productos que se producen en Rafaela, o en la inmediata región se sabe que los ajustes de precios y las altas cifras no quedan de lado por salir los lácteos de esta zona.
Fue así que tomando datos de febrero de 2010, LA OPINION decidió contrastarlos con las cifras actuales en las góndolas. Fue así que observando nueve productos, entre quesos, leches y crema, de una de las principales firmas nacionales; y de una empresa más pequeña, se pudo saber que la dispersión de precios en los últimos 12 meses fue del 26,92 por ciento.
No es menor el dato que atañe a los tamberos que en febrero del año anterior cobraban con viento a favor 1,10 peso por litro de leche y que hoy perciben en un promedio generoso 1,35, con lo cual la suba en el pago alcanzó el 22,72 por ciento, debiéndose sumar a esto la constante pérdida en relación a costos de producción que ya venían arrastrando en los tambos.
LAS CIFRAS
A continuación les brindamos el detalle de los productos ordenado por tamaño de industria, con su promedio por producto y el porcentaje de inflación registrado.
El queso tybo o de máquina costaba en febrero pasado 37,70 y 32,20 pesos, mientras que ahora se consigue a 58; y 46,60 pesos, con una oscilación promedio del 49,64 por ciento. El port salut estaba en 33,50; y 28, pasando a 34,90 y 40,40, con aumento del 22,43 por ciento. El queso cremoso se compraba a 33,10; y 27,40, terminando en un aumento del 11,94 por ciento, como la menor expansión, ya que actualmente se compra por 30,90 y 37,50. La mozzarella 45 y 32,70, variando en 27,79 puntos porcentuales, habiendo llegado a 52,70 y 46,60 pesos. El queso rallado pasó de 85; y 70 pesos a 92,67 y 87,50, para subir 16,23 por ciento. El pategrás, o cáscara colorada, saltó de 43,20; y 34,90 hasta 48,30 y 53,80, por lo tanto la suba fue de 30,72 por ciento en promedio total. La crema de leche también sumó un porcentaje elevado con 36,89 puntos, con expansión de 21,39; y 17,70 pesos, a 27, y 26,50 pesos.
Las leches fueron bastante castigadas por los reajustes, a pesar de estar seguidas de cerca por el Gobierno y siendo de primera necesidad. La leche entera en sachet estaba 3,50; y 2,45 hace un año atrás, mientras que hoy se consigue a 4,70 y 2,70, respectivamente, con un aumento promedio del 24,57 por ciento, en tanto la leche entera larga vida, estaba 4,25; y 3,35 pesos, para pasar hoy a cobrarse 4,99 y 4,29 pesos, con un aumento del 22,10 por ciento.
Como queda expuesto, es notoria la suba de precios en los productos de firmas de menor porte, ante los de las potencias lecheras nacionales, lo cual resulta bastante curioso, mientras que en el queso cremoso de la industria más grande hubo una retracción de casi tres pesos, por una promoción del momento.
Para los consumidores el panorama no es muy alentador, si se tiene en cuenta que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, autorizó a la industria láctea a aplicar otro ajuste del 18 por ciento a lo largo de este año, por lo tanto no queda más que aguardar una inflación total que se ubique por encima de esa cifra, dejando así en un lugar nada descabellado al pedido de un promedio de suba de salarios que ronde el 25 por ciento.
Fue así que tomando datos de febrero de 2010, LA OPINION decidió contrastarlos con las cifras actuales en las góndolas. Fue así que observando nueve productos, entre quesos, leches y crema, de una de las principales firmas nacionales; y de una empresa más pequeña, se pudo saber que la dispersión de precios en los últimos 12 meses fue del 26,92 por ciento.
No es menor el dato que atañe a los tamberos que en febrero del año anterior cobraban con viento a favor 1,10 peso por litro de leche y que hoy perciben en un promedio generoso 1,35, con lo cual la suba en el pago alcanzó el 22,72 por ciento, debiéndose sumar a esto la constante pérdida en relación a costos de producción que ya venían arrastrando en los tambos.
LAS CIFRAS
A continuación les brindamos el detalle de los productos ordenado por tamaño de industria, con su promedio por producto y el porcentaje de inflación registrado.
El queso tybo o de máquina costaba en febrero pasado 37,70 y 32,20 pesos, mientras que ahora se consigue a 58; y 46,60 pesos, con una oscilación promedio del 49,64 por ciento. El port salut estaba en 33,50; y 28, pasando a 34,90 y 40,40, con aumento del 22,43 por ciento. El queso cremoso se compraba a 33,10; y 27,40, terminando en un aumento del 11,94 por ciento, como la menor expansión, ya que actualmente se compra por 30,90 y 37,50. La mozzarella 45 y 32,70, variando en 27,79 puntos porcentuales, habiendo llegado a 52,70 y 46,60 pesos. El queso rallado pasó de 85; y 70 pesos a 92,67 y 87,50, para subir 16,23 por ciento. El pategrás, o cáscara colorada, saltó de 43,20; y 34,90 hasta 48,30 y 53,80, por lo tanto la suba fue de 30,72 por ciento en promedio total. La crema de leche también sumó un porcentaje elevado con 36,89 puntos, con expansión de 21,39; y 17,70 pesos, a 27, y 26,50 pesos.
Las leches fueron bastante castigadas por los reajustes, a pesar de estar seguidas de cerca por el Gobierno y siendo de primera necesidad. La leche entera en sachet estaba 3,50; y 2,45 hace un año atrás, mientras que hoy se consigue a 4,70 y 2,70, respectivamente, con un aumento promedio del 24,57 por ciento, en tanto la leche entera larga vida, estaba 4,25; y 3,35 pesos, para pasar hoy a cobrarse 4,99 y 4,29 pesos, con un aumento del 22,10 por ciento.
Como queda expuesto, es notoria la suba de precios en los productos de firmas de menor porte, ante los de las potencias lecheras nacionales, lo cual resulta bastante curioso, mientras que en el queso cremoso de la industria más grande hubo una retracción de casi tres pesos, por una promoción del momento.
Para los consumidores el panorama no es muy alentador, si se tiene en cuenta que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, autorizó a la industria láctea a aplicar otro ajuste del 18 por ciento a lo largo de este año, por lo tanto no queda más que aguardar una inflación total que se ubique por encima de esa cifra, dejando así en un lugar nada descabellado al pedido de un promedio de suba de salarios que ronde el 25 por ciento.
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