El gremio analiza la
propuestas de las industrias que tiende a sumar 30 por ciento a los 25 puntos
aprobados en julio, que incluyeron un doble aporte extraordinario para la obra
social.
Por Elida Thiery - Con conciliación
obligatoria mediante, dictada el pasado viernes, se evitó el fin de semana el
freno que se pretendía para las empresas lácteas que tendría como anexo este
lunes un paro total por 24 horas, en el marco de los reclamos por la falta de
actualización salarial de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera
de la República Argentina.
Este año la paritaria
lechera se demoró hasta julio, pero cerró en 25 puntos, con aumentos de 12 por
ciento en julio, 6,5 para
septiembre y en noviembre otros 6,5 puntos porcentuales. En el cuadro adjunto
se puede ver la escala salarial completa con todas sus categorías.
Aguardando por la segunda suba coincidió el reinicio de las
negociaciones, tal como se había pactado, para no dejar demorar la paritaria y
en ese marco es que se promovía el paro mencionado.
Esta suerte de cláusula gatillo tiene un tironeo entre el gremio y las
industrias que espera una definición, luego que las industrias ofrecieran como
última alternativa sumar
otro 25 por ciento, para llegar en el balance anual al 55 por ciento. El
detalle es que serían no remunerativos y no acumulativos el 10 por ciento
propuesto para octubre, cinco más en noviembre, cinco en diciembre, otros cinco
en enero y finalmente otros cinco puntos para febrero.
Se superaría así al
récord que habían alcanzado este año los bancarios con un 50 por ciento.
Claro que sigue vigente el aporte solidario mensual que por empleado las
empresas hacen a Atilra, siendo 750 pesos para las pymes y 1.500 para las
empresas grandes, para sustentar el sistema de salud de los lecheros, que
también consiguiera este año un pago extraordinario de ocho mil pesos por
empleado para la Obra Social del Personal de la Industria Lechera. Además de
los aportes tradicionales, es Atilra el único gremio en el país que consigue
dos aportes directos para el segmento salud.
En los últimos años la
negociación entre el Centro de la Industria Lechera, la Asociación de Pequeñas
y Medianas Empresas Lácteas y Atilra sumó 15 por ciento más la cláusula gatillo
por inflación en 2018 (según el Indec llegó a 47,6%). En 2016 el acuerdo sumó
40 por ciento con pagos extraordinarios al empleado que sumaron 18 mil pesos,
más los aportes solidarios que estaban en ese momento en tres mil pesos para las
grandes y 1.500 para las pymes.
En 2015 la paritaria
había sido del 31 por ciento con un pago de 26 mil pesos para el empleado, más
el aporte solidario.
La salvedad estuvo en
2017 cuando el Gobierno Nacional negoció una modificación del convenio colectivo
de trabajo y aludiendo ventajas en años anteriores, cuando el gremio había
ganado a la inflación respecto a sus acuerdos previos, no hubo suba salarial.
Del mismo modo, se consiguió la comprensión en cuanto a la necesidad de SanCor
de achicar su planta de personal, para no impedir con una actitud en contra de
esto la llegada de inversiones para la venta de plantas y negocios de la
cooperativa.
Esta es la única bandera
que el Gobierno Nacional sigue levantando en este sentido, a modo de triunfo,
pero que con el tiempo se demuestra que es una batalla ya caduca.
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