Fitosanitarios: UNL presentó los alcances del programa AlGeFit

En un encuentro virtual técnico este martes se explicó el programa que se podría desarrollar en Rafaela junto a las buenas prácticas agrícolas para el control de las pulverizaciones rurales.  


Por Elida Thiery (Rafaela Noticias) - 
Esta mañana la Agencia de Extensión Rural el INTA Esperanza compartió con profesionales de las ciencias agropecuarias a compartir el primer Café Técnico, en el que se trató el tema “Produciendo en el Periurbano”, explicando los alcances del programa AlGeFit, desarrollado con la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Litoral. 

Hicieron la presentación en detalle del Algoritmo de Gestión de Fitosanitarios, que se trabajó con con profesionales de la zona núcleo y que está disponible para utilizar en comunas y municipios desde 2018, ya empleado en la ciudad de Esperanza. 

Por la UNL Susana Grosso y Carlos D´Angelo explicaron que “si hay confianza y buena intención se puede avanzar, ayudando a hacer diagnósticos más allá de las personas que intervienen y pudiendo empezar a actuar”, sobre la base de esta propuesta que atiende a la inexistencia o ineficiencia de la gestión de uso de fitosanitarios, con responsabilidad de los estados locales, por la falta de control y por el desconocimiento de los peligros que no permitan visibilizar al problema en su totalidad.  

“Un algoritmo es una secuencia de pasos lógicos que permite solucionar un problema” comenzaron explicando para apuntar a situaciones de dimensión local que tienen en esto una forma de diagnóstico en la potestad de comunas y municipios, mientras que a nivel regional para poder gestionar las aplicaciones periurbanas es el Ministerio de la Producción el que tiene la palabra autorizada. 

AlGeFit dispone un análisis a partir de seis aspectos problemáticos y 20 problemas, partiendo de los lugares de venta, aplicación, envases usados, interacción con la comunidad, áreas a proteger, equipos, que se vinculan a los diversos problemas, tal como se puede observar en el cuadro adjunto. 

En una realidad de recursos limitados se debe priorizar técnicamente el trabajo a seguir, por lo tanto se inicia el relevamiento en una hoja de cálculo en la que se califican los problemas, empezando por la pertinencia del problema. Hay un protocolo para cada uno de los productos y su correspondiente nivel de gestión a atender por parte del municipio o comuna, segmentado en alto, medio o bajo con la sugerencia de acción para el desenvolvimiento adecuado. 

Los canales de información deben ser de fácil acceso, para que la comunidad pueda seguir cada caso planteado y para disminuir la confusión o el temor al respecto. 

En cuanto a la factibilidad de ejecución de los problemas se deben contemplar recursos y personal y también las acciones en marcha, o no. 

Las evaluaciones pueden brindar un ordenamiento de las localidades dependiendo del alcance de la gestión, consideración, ejecución, la calidad de la gestión de cada caso y de la gestión total. Esto permite repetir en el tiempo las evaluaciones para poder seguir el desarrollo de los casos. 

En un mapa que propone AlGeFit se puede evaluar el desarrollo de la gestión, donde se incluye un consejo consultivo en cada localidad, para tener así sugerencias para mejorar la gestión. 

Los especialistas de la UNL indicaron que “es muy importante tener en cuenta que una comuna y municipio debe manejar datos reales, pero también debe haber una voluntad de mejora, porque este es un algoritmo que permite entender por dónde empezar a mejorar para optimizar recursos”, que es compatible  y complementario con las buenas prácticas agrícolas para mejorar los resultados y agroecología. Sirve como instrumento de gestión para hacer cumplir la Ley vigente sobre fitosanitarios, para mejorar su cumpliemiento y adaptándose a las condiciones de cada localidad, pensada para los equipos autopropulsados, aunque se puede adaptar a las aplicaciones con mochila. 

“Las autoridades locales tienen que ver esto como la una herramienta libre que da la posibilidad de mejorar su gestión; y no como un proceso evaluativo”. 

Los profesionales a cargo son quienes deben entrevistarse con los actores vinculados al tema, presentar los cuestionarios para detectar las problemáticas que a través de los elementos brindados por AlGeFit permite hacer un análisis de estos datos a través de una planilla de cálculo para la ponderación y el seguimiento a través de indicadores, con sus prioridades técnicas que deben plasmarse en un informe, donde el algoritmo podrá orientar la factibilidad de resolución, A partir de esto, la autoridad local definirá en función de sus prioridades políticas qué hacer con este relevamiento y por dónde empezar, que generalmente se apunta a la aplicación.  

A partir de su presentación en 2018, AlGeFit recorrió más de 200 localidades de la provincia, con el cumplimiento de cuestionarios en la mayoría de ellas y la entrega de 180 informes, sin embargo el pasado año electoral frenó el avance de la ejecución del programa, que ahora debería retomar el Ministerio de la Producción, aunque en algunas se está utilizando con el control de veedores a cargo. 

Durante la charla, se mencionaron sólo los ejemplos de Guaminí, en la provincia de Buenos Aires, que empezó a acompañar el proceso en prácticas en el periurbano en campañas de trigo, al igual que el INTA Oliveros, donde se trabaja en la producción de harina a partir de trigo agroecológico. 

Claramente, AlGeFit es una buena alternativa para tomar en Rafaela, para dar respuesta a la evaluación del tema fitosanitarios que volvió a plantearse en estos días, con una herramienta confiable que permite abordar a los problemas por completo y encontrar falencias y soluciones. 

Sin controles la prohibición no tiene ningún sentido, por lo tanto en las condiciones vigentes en la ciudad, con un seguimiento más cercano de las aplicaciones que se lleguen a hacer en las 4.500 hectáreas en conflicto, podrían atenderse las necesidades de los habitantes en el resguardo de sus intereses y salud, pero también darle continuidad a las actividades de los productores agropecuarios que están trabajando en estos lotes. 

El bien común y conjunto debe primar a través de un debate serio y respetuoso, sobre la base de las leyes vigentes, la normativa local y el conocimiento científico-tecnológico. 

Comentarios