Tucumán, gran ejemplo de lechería extrapampeana

Basada en la interacción y los acuerdos, la Mesa Lechera de Tucumán muestra formas de asociatividad en la industrialización de la leche o la venta de carne Holando, con tambos de 200 a 15 mil litros diarios. 


Por Elida Thiery (
Agrofy News) - El modelo mental siempre nos remite a una lechería en zona rural en la región central del país. Una pradera verde tapada de alfalfa, vacas blancas y negras pastando en una superficie plana, compartiendo un rodeo grande. Sin embargo, la leche en su condición de fundamental para la nutrición hace que se produzca en todos los lugares posibles y superar el límite extrapampeano, enfrentando climas, desniveles, e incluso precios diferenciales. 

Agrofy News viaja a Tucumán de forma imaginaria. Nos llenamos los ojos de campos de caña de azúcar, de ondulaciones en el camino y en la provincia más chica, pero de inmensa belleza, hacemos una inmersión en la lechería que tiene un tono especial. 

Con sede en Trancas, en el centro-norte de la provincia, es cuenca lechera originó hace más de 15 años la creación de la Mesa de Lechería de Tucumán, que primariamente tuvo como presidente a Carlos Sánchez Loria, luego Domingo Colombres y desde hace cuatro años ocupa este cargo voluntario, Hernán Sanna Thompson. 

“Esta es la forma de reunirnos los productores y el resto de los integrantes de la cadena y nos da resultados en muchos aspectos”, indica el dirigente del espacio con una integración público-privada, siendo el primer espacio el de mayor importancia, con la representación de los productores tamberos, de los industriales, de las queserías artesanales del tradicional quesillo, pero también el INTA, el INTI, la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la Universidad Nacional de Tucumán, la Municipalidad de Trancas y el Gobierno de la Provincia.  

Hoy Tucumán tiene unos 50 tambos, con una diversidad amplia en la capacidad productiva, de 200 a 15 mil litros diarios, la mayoría ubicados en la zona de Trancas, en Tafí del Valle hay dos tambos con vacas Jersey para la producción de quesos, aunque la producción por animal sea más baja por cuestiones climáticas. 

En cuanto a las plantas industriales hay dos, una de un tambero y la otra es de una sociedad de dos tamberos, una iniciativa más nueva que recibe materia prima que antes retiraba Saputo y la destinaba a la planta cordobesa de Tío Pujio, que hoy sigue captando el 40 por ciento de la leche cruda de la provincia.  

Comercializada con la marca Ñulac, con el desafío de crecer en el conocimiento y gusto de los tucumanos, hacen yogures de frutilla, durazno y vainilla, queso cremoso, tybo, sardo, mozzarella y hace un par de meses incursionaron en el dulce de leche, con un procesamiento diario de 15 mil litros. 

“Tener una industria estuvo motivado por poder conseguir un mejor precio, esto sigue teniendo como referencia en la cuenca lo que paga Saputo y se hace una ecuación con el ritmo del mercado local”, explica Sanna Thompson, poniendo en foco en las bonificaciones por distancia que son las que más afectan a la composición final de los precios, teniendo en cuenta que el litro puede llegar a pagarse hasta un peso menos que en otras ubicaciones.  

La necesidad de ser más competitivos motiva a la industria local y no sólo por el precio. “Vamos bastante bien, los productos están teniendo buena aceptación en la zona, pero estamos teniendo algunos problemas con las empresas grandes que sacan segundas marcas y terminan volcando las excedentes al norte del país y eso nos complica la competencia”, explica como parte de la experiencia industrial que lleva más de cinco años. 


En un cambio  


Pero los productores no se quedaron sólo en un esquema institucional o la búsqueda de una mejora industrial, sino que también sumaron su esfuerzo y trabajo en la conformación de un grupo de 12 tamberos, los de mayor envergadura de la provincia, en el esquema original de Cambio Rural, hoy discontinuado. Lo que empezó con el impulso y las ideas de lo que podría ser un grupo CREA, hoy los sigue reuniendo con un mismo asesor, con visitas una vez al mes a un campo diferente, lo cual se hace actualmente a través de reuniones virtuales. 

Productividad, administración, compra conjunta de insumos, contratación de servicios, e incluso el fortalecimiento institucional de la Mesa de Lechería y el vínculo con la fase industrial son los aspectos más salientes.  

“Es la forma de fortalecernos después de la crisis que experimentamos con una empresa grande que tuvo Tucumán y que provocó en su momento un distanciamiento después de la quiebra de , con lo cual los productores se distanciaron. Ahora con una nueva generación, empezamos a frecuentarnos”. 

Cuando hay acuerdos los proyectos pueden diversificarse y la demostración de esto fue la apertura de una carnicería en San Miguel de Tucumán, donde los 12 tamberos vuelcan la carne de los machos Holando Argentino, que se faenan en el frigorífico de Santiago del Estero habilitado para la exportación, Forres Beltrán. “Tener al macho overo calzado nos da la comodidad de no tener que pelear con el comisionista, que tenemos una mejor de ese sub-producto, que en otras épocas no nos convenía ni venderlo porque no era rentable criarlo. Hemos encontrado un nicho para ese animal”. 

Desde Tucumán demuestran que al negocio lechero se le puede encontrar otra vuelta rentable. Lo que ellos describen como “una incursión en estos temas, por curiosos”, se puede decir que es la respuesta adecuada a los acuerdos de un sector. Superar las diferencias, unificar los objetivos y poder avanzar para sostener una actividad, algo que no abunda en la lechería, aunque la región pampeana parezca más llana. 

 

Políticamente 

 

La integración política de la Mesa permite una llegada más directa de las necesidades. En estos años consiguieron una excención sobre los Ingresos Brutos, para aliviar la carga a los productores de todos los tamaños. 

Sanna Thompson alude a “un cierto apoyo por parte del Gobierno provincial, porque por lo menos nos escuchan y creemos que es importante interactuar”. 

Los tucumanos no tienen al momento un vínculo directo con el Gobierno Nacional, pero de ser convocados plantearían “lo que piden todos, políticas claras y a largo plazo, para poder planificar la producción de leche y evitar el cierre de tambos. En cuestión de precios no podemos cambiar mucho, pero creemos que de la Nación puede bajar un impulso a los gobiernos locales sobre los productos que fabricamos en Tucumán, para protegerlos de la competencia nacional a un menor precio”.  

La gestión anterior fue recibida en la ExpoLáctea, donde se podía trasladar la importancia local de cada tambo y su impacto socio-económico en las comunidades. 

Sanna Thompson indica que “siempre estamos dispuestos a ayudar, a crecer, creemos en el diálogo y en aportar todo lo necesario para el sector”. 

Los tucumanos ponen énfasis en la importancia de la actividad, en una perspectiva positiva para la lechería, aunque el clima impacte en la producción y le haga frente a las pruebas de cruza con Montbeliarde, a las Jersey o las mismas Holando que en pleno verano y de forma constante llegan a bajar 30 por ciento su producción por las temperaturas elevadísimas, habituales en la selvática yunga. 

Con el riego para superar la semiaridez, con sistemas aunque precarios sobre tierra, con un sistema de acequia interno en los campos tomada de los ríos, esta irrigación permite el crecimiento de la producción, con ayuda de agua potable para el consumo de los animales y la limpieza de las instalaciones en los tambos. 

Tucumán es la demostración que sólo con pasión se puede llevar adelante a la lechería, sumando acuerdos para poder avanzar y crecer. Que esta intención extrapampeana se contagie positivamente en tiempos de pandemia.  

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