Los sustitutos cambian los resultados en la guachera

El uso de la leche de descarte tiene consecuencias en la ganancia de peso y la adaptación al balanceado de los terneros. Provimi Cargill ofrece un sistema específico que permite mayor ganancia de peso en los animales que transitan la recría.

Por Elida Thiery - Sin lugar a dudas, la guachera es el punto clave de un tambo. Más allá de la cantidad y calidad de leche que se produzca, en establecimientos grandes y pequeños, la forma de llevar adelante la crianza de los animales más pequeños, que formarán parte del rodeo futuro o se venderán para recría representan a cada explotación.
“Desde el comienzo la crianza en los tambos era un problema, porque la variable siempre era la muerte de los terneros, sin darle demasiada importancia a ese sector y en general los encargados eran los que en otras áreas no se desempeñaban bien en las demás tareas”, sin embargo hace muy pocos años que este punto cobró otra relevancia.
El cambio en la tendencia es reciente y se logró que los tambos puedan llegar a reponer su tasa de descarte con vaquillonas propias. “Siempre me llamó la atención que los rodeos en los tambos no crecían, sin embargo es muy reciente que los dueños de los tambos se dieron cuenta que es mucho más caro comprar vaquillonas para reposición que empezar a mirar cómo generar los propios animales, lo cual vino de la mano del uso de semen sexado, que al poder generar más hembras, le dio más importancia a la guachera”.
Leandro Tanzi es médico veterinario y junto a Luis Vidaurreta son consultores técnicos en cria y recría de terneros de tambo; y además de tener 27 años como profesional, cuenta con más de dos décadas de experiencia en ACA y ya cinco en Provimi Cargill Animal Nutrition.
Es ya más constante capacitar al personal para la guachera, dotar de más bienestar animal a los recién nacidos es algo que ahora abunda, e incluso hay casos en los que se cuentan con guacheras de verano y de invierno, mejores sombras, atención constante, más allá de los criterios de cría a la estaca o colectiva. Esta tendencia permite ver crecimiento en los tambos de una manera genuina, con una atención adecuada incluso desde el preparto.
“Nosotros tenemos un estudio en el que se había relevado que entre el 87 y 88 por ciento de los tambos utilizan leche de vaca para alimentar a los terneros, ya sea de descarte o la misma que tiene destino comercial”, comenta Tanzi, sobre una tendencia que lentamente va moviendo el porcentaje de adopción de los sustitutos.
Practicidad y disponibilidad son las primeras variables favorables de contar con un alimento listo, además de la estabilidad que otorga un sustituto lácteo, siempre con la misma composición y mejores resultados sanitarios.
“Nutricionalmente los sustitutos han cambiado muchísimo, porque ya no tienen ningún componente de proteína vegetal, son cien por ciento lácteos”.
La lechería en su eslabón primario es más lenta en la adopción de tecnología, pero con cada impulso positivo climático, económico demuestra que puede madurar rápidamente a los cambios y establecerlos en el tiempo. 

Descarte, no

Actualmente sería un 82 por ciento del total de los tambos los que ofrecen leche de vaca a los terneros en crianza y en su mayoría se trata de la que debería descartarse.
“La leche de descarte es la que se separa por tratamientos de mastitis, pietín, u otra infección, que no se acepta comercialmente, que debe tirarse, más allá del daño ambiental que puede generar. Es una leche que tiene un alto componente de antibióticos y lo que genera en el ternero es a futuro un resistencia a esa medicación, porque son animales que cuando sean adultos demostrarán las consecuencias de haber sido alimentados durante 60 días con ese tipo de producto”, reconoce Tanzi.
Además, hay que considerar que se mezcla en esto que se destina a los terneros, el calostro, el cual no logra ser pasteurizado por la maquinaria disponible en los tambos y esto termina generando cuadros de diarrea a raíz de “una alimentación poco consistente, porque más allá de los antibióticos o el calostro, la leche en el tambo no es la misma todos los días, sobre todo en temporada de partos, oscilando mucho la cantidad de grasa y proteínas”.
Esto provoca más composición grasa en los terneros que de músculos, con más cuadros de diarrea, meteorismo y termina retrasando el consumo de alimento balanceado, pasando los 15 días de vida, demorando también el destete. “La variabilidad de la leche de descarte no le hace bien a los terneros, no es lo adecuado, por un desbalance de grasa y proteína, e incluso por carencias de vitaminas y minerales”. 

Sustitutos, si

Pero el día a día en el tambo no permite mover mucho estas costumbres, por motivos netamente económicos, sin embargo los sustitutos terminan compensando mejor esa cría.
“La leche comercial que el productor entrega todos los días tiene variaciones en proteínas del 4 al 4,2 por ciento de grasa y 3,3 a 3,5 por ciento de proteínas, mientras que cualquier sustituto lácteo tiene más del 20 por ciento de proteínas, marcando que la realidad de la alimentación es esa para un mejor crecimiento de los terneros”.
El primer cambio está en no tener que esperar el horario del tambo para poder alimentar en la guachera, generando una estabilización en ese proceso, con un crecimiento parejo en ese lote, con variables lógicas ligadas a los agentes externos, pero que en un mes permite evaluaciones positivas y un paso rápido al consumo de balanceados, “para que el crecimiento no sólo se dé a expensas de una dieta láctea, sino también de sólidos y que no dependan de cuatro litros de leche diarios a la hora de largarlos a la recría y estén mucho más adaptados”.
Cargill diseñó un alimento para compensar el desbalance de grasa y proteína que tiene la leche de vaca para la crianza. En 2020 llegó a Argentina de la mano de Provimi, dentro de la línea de lactoreemplazantes Booster y esa así que el Balancer puede ofrecer la alternativa adecuada para la guachera, más allá del tamaño de la misma.
Se ofrece un servicio de análisis de leche de descarte sola y con el producto, en plazos trimestrales para tener una evaluación de todo el año para poder contrastar los resultados.
Balancer es cien por ciento lácteo, con 25 por ciento de proteínas y cinco por ciento de grasa, con equilibrio de vitaminas y minerales, además de contar con Neotec 4, que a partir de una combinación de aminoácidos le permiten al ternero levantar las defensas, disminuir las diarreas, con una adaptación rápida de manejo, con la simple mezcla en leche y con resultados óptimos que demuestran un aumento de peso extra con la utilización del producto.
Con una prueba que se está cumpliendo en Lehmann, provincia de Santa Fe, la optimización de resultados ya tiene comprobación en animales que ya cursan la recría 1, con ocho o nueve kilos más que el resto de los terneros y estando a disposición este tipo de ensayos para los productores que quieran evolucionar en su manejo de guachera con este tipo de sustitutos y valiéndose de la evaluación de la leche de descarte, que es algo que rara vez se hace en el tambo.
“Sabemos que hay que valerse de la leche de descarte, pero generando una mejor alternativa en la alimentación de los animales. Hoy los productores trabajan mucho para evitar tener esa leche de descarte, con un trabajo muy importante en calidad y controles, sin embargo es muy complicado poder sacar la mastitis de los tambos y esa es la leche que se usa para las guacheras", concluyó Tanzi. 

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