Luego de una reunión que se desarrolló este viernes, habrá una relación más directa sobre la producción que se hace en el entorno de la ciudad y la medición de resultados que hagan los profesionales de la institución en los lotes donde hoy se hacen pasturas e incluso ganadería. Se buscan resultados económicos y alternativas ajustadas a la ruralidad rafaelina.
Lo que una integrante del Concejo Municipal presentó no tuvo asidero desde la propia Intendencia y pareciera que quién lo gestó ya olvidó la temática y el proyecto. Sin embargo, esta semana fue el concejal Lisandro Mársico, desde el PDP, quien presentó una alternativa bien recibida por los objetos de una normativa viendo que podrían seguir trabajando.
Más allá de esta nueva instancia, días atrás el grupo Productores Unidos, que vienen trabajando en esta intancia presentó una nota en la Estación Experimental Agropecuaria Rafaela del INTA para generar un acercamiento que permita entender alternativas científico-prácticas a la hora de generar materias primas.
Cabe destacar que este proceso descripto venía siendo acompañado por la Agencia de Extención Rural del organismo nacional que actúa a nivel local y regional, sin embargo se reclamó un mayor apoyo y acompañamiento.
Con la presencia de casi 40 productores de la ciudad fue el director de la EEA Rafaela, Ing. Jorge Villar quien encabezó un encuentro en el que se intercambiaron aspectos de la problemática vigente en los límites urbano-rurales y también la preocupación por las actividades que productivamente se pueden realizar, teniendo en cuenta no sólo la mirada de la ciudad hacia el campo, sino también a la inversa.
La Ing. Verónica Sapino también participó en el encuentro y explicó a Rafaela Noticias que “son 37 productores los que firmaron una nota solicitando la reunión, que están afectados por el planteo sobre el periurbano. Piden la participación del INTA para brindarles información y apoyo para lograr una producción que sea amigable con el ambiente y con la población urbana, pero que a su vez tenga una viabilidad económica”, contando además el texto original con el apoyo de la Sociedad Rural de Rafaela y con la filial Presidente Roca de la Federación Agraria Argentina, que también tuvieron representación en la cita.
Teniendo en cuenta que ya no puede producirse como tradiconalmente se hacía, más aún en lugares donde se restringen las aplicaciones, porque los resultados no son buenos, es por eso que el Instituto que tiene una larga tradición en la ciudad y la región debe hacer experiencias para mostrar que se pueden usar otros productos, pero siempre de la mano de la medición de los resultados económicos, a partir de líneas de trabajo conjuntas, donde la vinculación público-privada es fundamental.
Entre los planteos escuchados por este medio, único presente en el segundo piso del edificio del INTA Rafaela, se destacó la necesidad de contar con elementos técnico-científicos que ayuden a resolver el desarrollo productivo en los 200 metros actuales donde rigen las restricciones, pero también más allá de esa distancia, contando con alternativas tales como las cortinas forestales que amplíen las áreas de amortiguameniento.
La necesidad está puesta en contar con protocolos de producción en los 200 metros y más allá, contando con números concretos y alteranativas viables que se puedan adaptar a los diferentes sistemas, planteos y miradas productivas.
Villar explicó que trabajarán en recopilar experiencias del propio del INTA y de productores, que puede llegar a servir como demostración de las diferentes producciones, teniendo en cuenta que estos planteos se están dando en diferentes puntos del país.
“Estamos generando algunas experiencias, pero no tenemos años”, agregó.
Sapino explicó que antes de las inundaciones de 2015 se había generado una experimentación con rotación agrícola sin aplicaciones, que debió ser discontinuada como prueba por la razón mencionada, sin embargo desde el Area de Agronomía se generó hace tres años otro módulo de mayor intensificación, con rotación agrícola de mayor monitoreo, con tecnologías de proceso que puedan combatir malezas y plagas reduciendo aplicaciones, utilizando cultivos de cobertura pero que necesitan una rotación con ganadería, para poder reciclar nutrientes a través del abono que generan los mismos animales.
Este plazo resulta muy corto para poder medir económicamente los resultados, que van mucho más allá de una o dos campañas agrícolas, sino que precisan de un acumulado del doble de años para poder tener una relación concreta de sus resultados.
Es un problema el del periurbano combinado con los animales, ya que son vandalizados los lotes o directamente se padece de manera constante el abigeato y la muerte de ejemplares, incluso en terrenos del INTA Rafaela.
“Nos basamos en la experiencia de tener al suelo como reactor, que es el planteo teórico que se hace en toda la base teórica de la agroecología. Todo requiere tiempo, sobre todo en sistemas que vienen acumulando presión de malezas, no se puede eludir la aplicación de forma repentina. El suelo como reactor tiene que recomponerse en actividad biológica, en estructura para poder después sustentar una producción con menos insumos externos. Eso lleva tiempo y además de los resultados concretos del suelo, debemos medir la cuestión económica ante un menor rendimiento, para lo que necesitamos al menos unos seis o siete años”. La intención es indicar a indicadores reales en lo económico, en lo físico y biológico de los suelos y sus diferentes sistemas productivos.
En el encuentro se mencionó una nueva iniciativa de la Municipalidad de Rafaela para comenzar con el análisis químico d ellos suelos en la ciudad, a partir de profesionales contratados por la Secretaría de Ambiente, que no cuenta con colaboración o información sobre su finalidad, sus alcances o colaboración posible del INTA local.
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