Entre carne y maíz, se deteriora la confianza de la agroindustria

Este lunes feriado se conocieron dos decisiones, la de cuotificar las ventas externas de maíz y la de segmentar la venta de carne a China. Aunque sin riesgo del abastecimiento interno, el Gobierno insiste con presionar al sector productivo e industrial.

Por Elida Thiery (Rafaela Noticias) - Si hay algo que no consigue el Gobierno Nacional, es pisar firme en terrenos de confianza en el sector agroindustrial. A pesar de las supuestas intenciones, cada semana se deteriora más el mensaje que se envía a quienes más dólares generan y los cuales necesita la administración nacional, no sólo para hacer funcionar la estructura central del país, sino también para generar herramientas que mitiguen el deterioro socio-económico general.
Se debe empezar el recorrido por el lunes feriado por el cepo al maíz.
Aunque con un comunicado esta mañana el Ministerio de Agricultura intente afirmar que “no existe ´limitación ni cepo´ a la exportación de maíz, lo cierto es que a través de la subsecretaría de Mercados Agropecuarios, a cargo de Javier Preciado Patiño, se definió priorizar las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) fehacientemente respaldadas por compras físicas y con barcos nominados con fecha cierta. Esta decisión no tiene ninguna implicancia en los mercados de futuros, ya que sólo rige para la presente campaña comercial.
En el país, durante la campaña 2020/2021 se produjo un número récord de 60,5 millones de toneladas, de las cuales 38,5 millones tienen como destino la exportación, sin ningún riesgo para el abastecimiento del mercado interno.
Sin embargo, estos más amplios requerimientos para las ventas, teniendo en cuenta que al momento sólo hay declaraciones de exportación para 12 millones de toneladas lo que hace es generar inseguridad a futuro, sobre todo teniendo en cuenta que ya hay maíz sembrado, incluso en los campos del entorno de Rafaela. Esto puede determinar menor siembra en los meses próximos, por lo tanto la proyección que hoy se hace de diez millones de hectáreas sembradas, podría recortarse muy fácilmente.
La justificación sobre la inexistencia de un cepo para el Gobierno se concluye en que “la Argentina alcanzó un récord de exportación”, agregando que “el productor rural tiene que tener la plena certeza de que es la base de esta cadena de valor y que en ningún momento se actuará con alguna medida que lo perjudique”.
Claro que el productor agrícola que lee esto o se tienta, o se entristece, porque sabe perfectamente que todas las decisiones siempre apuntan a desmotivar la inversión, el crecimiento y la producción y que lo que se logra es por esfuerzo del privado, por sobre la voluntad de quienes administran las decisiones y fondos públicos.
Lo que se explicó desde la Fundación FADA, que analiza las variables de la economía en los sectores agroproductivos es que “si la intervención de las exportaciones de maíz tiene el mismo efecto que los ROE, los productores podrian perder USD 1.100 millones por año. Los ROE generaron una baja promedio del 8% en el precio del maiz, durante los 8 años (2008-2015) que estuvo vigente. Sobre un precio FOB actual de USD 240, y una producción de 58,5 millones de toneladas, podría tener una perdida de USD 1.100 millones por año”.
A través de redes sociales se indicó que “un menor precio del maíz, por intervenir las exportaciones, genera menor inversión y menos producción. Esto repercute de manera directa en el empleo y en el desarrollo del interior productivo. También son menos dólares para el país y menos impuestos para el Estado. El tema es que no es una medida aislada, se suma a la intervención de la exportación de carne y el temor por el trigo. Es una sucesión de políticas que lo único que generan es menor producción, menos dólares, menos empleo, menos desarrollo, todo lo opuesto a lo que necesitamos”.

También la carne

Un Ejecutivo que no sabe domar la inflación y mucho menos negociar las condiciones para que esto mejore, tiene que dar también una pelea interna para superar conflictos ideológicos. Todo indicaba que no se iba a poder cumplir con el compromiso de vender vacas viejas a China, sin embargo la pelea se zanjó anoche a última hora, cuando se publicó un decreto que sustitye algunas determinaciones del Decreto N° 408 del 22 de junio de 2021.
Se explicita que “el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca administrará y determinará hasta el 31 de diciembre de 2021 el total de toneladas exportables para aquellas mercaderías cárnicas de origen bovino no incluidas en el artículo precedente. A los fines de administrar y determinar las toneladas exportables, se deberá tener en consideración el normal abastecimiento al mercado interno de carne de origen vacuno, así como las existencias de ganado vacuno”.
Se agrega que la cartera será quien dicte “las normas necesarias para la definición de la metodología por la que se establecerá la asignación de las toneladas exportables indicadas”, sin embargo se contemplan excepciones para “cupos especiales o categorías de animales que carezcan de consumo tradicional en el territorio nacional, siempre que no alteren el normal abastecimiento al mercado interno ni las existencias de ganado vacuno”.
Algo que ya tenía un determinado nivel de avance ahora se formaliza con la creación de la Mesa de Coordinación del sector cárnico, que será coordinada por un representante designado por el Ministerio de Agricultura, del Ministerio de Desarrollo Productivo, un representante del Senasa y un representante de la AFIP.
Quedan afuera los productores y las industrias cárnicas, con lo cual se cierra en un mismo círculo de poder las decisiones sobre un segmento agroindustrial.
Los desatinos ya son tan constantes que no son errores, son metodologías de trabajo que no logran impacto positivo alguno.
La Resolución destaca que la asignación de las toneladas se hará sobre las empresas listadas que cuenten con habilitación sanitaria para exportar a China, mientras que “para poder utilizar estas toneladas, al momento de la presentación de la DJEC, las cajas embaladas con los cortes cárnicos deberán estar en depósito. Las toneladas de la categoría vacas de conformación D y E serán independientes de las asignadas por establecimiento en la Resolución Conjunta N° 5/21”.
Además, establece que la falsedad en la tipificación de los animales faenados llevará al levantamiento del servicio de tipificación del establecimiento por 30 días, sin perjuicio de otras sanciones que pudieran corresponder.
Los siete cortes de carne vacuna prohibidos de exportación como asado con o sin hueso, falda, matambre, tapa de asado, cuadrada, paleta y vacío, están liberados para la vaca con destino a China.
La Resolución 219/2021 establece que la exportación de carne proveniente de faena bajo rito kosher estará exenta de la limitación del Artículo 1° del Decreto N° 408 de fecha 22 de junio de 2021 y sus modificatorios.
La normativa otorga hasta cien toneladas mensuales por empresa que tenga establecimiento faenador y hasta 50 toneladas mensuales por empresa que tenga establecimiento procesador, de carne vacuna para exportación proveniente de la categoría vacas cuya conformación sean de tipo D o E. “Esta asignación se realizará hasta alcanzar la faena de 140.000 vacas de esta categoría”, mientras que las toneladas disponibles para exportar mensualmente no se podrán acumular en los períodos siguientes.

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