En la Argentina se da pelea por sostener al sector que más aporta a las arcas nacionales, mientras en Francia se lo celebra en los lugares más emblemáticos.
Mientras en nuestro país todos los días se da una pelea contra las políticas desatinadas para toda la cadena agroindustrial, donde la falta de infraestructura es una cuestión diaria y siempre es el campo el que recibe los manotazos a la hora de buscar financiamiento el Estado, en otros países, desarrollados, pero que también enaltecen sus costumbres, la situación del campo es absolutamente otra.
Este domingo, en París se cerró el 58° Salón Internacional de la Agricultura, que desde el 26 de febrero estuvo atravesado en su grilla de temas por el impacto de la guerra que Rusia le planteó a Ucrania.
Más de 500 mil personas visitaron los salones donde se pudieron ver todos los avances y sectores productivos de Francia y por donde incluso pasó el presidente de ese país, Emmanuel Macron
“En 13 años de presidir la Feria Internacional de Agricultura de París, nunca había visto tanta gente feliz de estar allí, caminando por los pasillos de la feria e interactuando con agricultores y expositores. El gusto por el reencuentro pasa por los caminos agrícolas, eso seguro”, sostuvo Jean-Luc Poulain , el presidente de la muestra.
“Esta crisis tiene un impacto en la actividad económica de nuestro país”, dijo Bruno Le Maire , ministro de Economía el 4 de marzo durante su visita a la feria. El sector agrícola es el más afectado directamente por la guerra y es por eso que Francia ya delinea una estrategia de apoyo al sector agrícola frente a la crisis de Ucrania, uno de los principales productores de granos y cereales del mundo, además de las restricciones que recaen por la actitud bélica de Rusia.
Tras una reunión informal de Ministros de Agricultura para debatir el impacto del conflicto, varios Estados miembro de la Unión Europea han solicitado la aplicación de medidas excepcionales como la derogación de la obligación de establecer tierras en barbecho o la activación de medidas de mercado.
La medida principal sería la de sembrar en 500 mil hectáreas en Europa, que deberían “descansar” por políticas establecidas previamente, para poder compensar los granos que no llegarían para esta campaña desde el Este del bloque continental.
Francia valora sus productos, pero también a sus productores y destaca siempre sus tradiciones.
Es por eso que este domingo en el icónico Arco de Triunfo, donde confluyen las 12 avenidas más importantes de París en la que se denomina la Plaza de la Estrella, miles de ovejas, cabras y vacas colmaron el lugar para ponderar la tarea de los productores, pero también la actividad conocida como la transhumancia, que es el pastoreo constante de rodeos, que en Europa es muy tradicional, tanto en praderas como en montañas y que en definitiva sostienen la actividad social y económica de los pueblos del viejo continente.
Más de dos mil ovejas y cabras, una veintena de yuntas de vacas bearnesas y burros, acompañadas por pastores, productores y artistas de la zona Salies-de-Béarn, como forma de promover las actividades productivas, culturales y turísiticas de este sector del sur de Francia.
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