Rige desde esta tarde y por dos semanas, para que tres plantas lácteas puedan volver a funcionar en Suipacha, Arenaza y Córdoba. El gremio lechero obedeció el reclamo de los trabajadores y las había paralizado durante más de dos días.
Fue el Ministerio de Trabajo de la Nación quien intervino en este conflicto por tratarse de instalaciones ubicadas en dos provincias, a partir de lo cual se inicia una instancia de negociación para recuperar las condiciones laborales que los trabajadores denuncian haber perdido.
En estos más de dos días no hubo bloqueos, como modalidad habitual para la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina, sino que simplemente, el convencimiento de los operarios hizo que directamente las plantas no estén operativas, en las localidades bonaereneses de Suipacha, Arenaza y también en las cercanías de la capital provincial de Córdoba.
Fueron entonces dos plantas de la firma Alimentos Refrigerados Sociedad Anónima (ARSA), que produce los postres, yogures y flanes con marca SanCor y el establecimiento que fabrica los lácteos de La Suipachense. No es una cuestión casual, sino que el titular de la segunda de estas empresas, del Grupo Lácteos Cono Sur SA, Claudio Rafaniello, está a cargo de la firma vinculada de alguna manera al grupo Vicentin, a partir del fondo de inversión BAF Capital.
El industrial que había rondado en la intención de comprar ARSA, poco después que esta empresa ofreciera a SanCor la devolución de los productos y las marcas, se hizo cargo de estas dos plantas y su desempeño a partir de agosto de 2021.
Para la opinión pública La Suipachense tomó notoriedad en el inicio de 2019 cuando comercializaba en sachets un “alimento lácteo a base de leche entera y concentrado lácteo”, que sería algo similar a lo que sucede en Argelia con la leche en polvo que exporta Argentina, que se rehidrata y se vende de esa manera. A raíz de eso el Ministerio de Agroindustria nacional, de ese momento, prohibía su producción y venta, mientras que la entonces senadora Cristina Fernández se quejaba de la situación afirmando “ahora aparecen y proliferan marcas que nadie conoció, la pindonga, el cuchuflito. Hasta te venden productos que dicen en lugar de leche, producto lácteo que contiene leche”.
A partir de ahora y sin una agenda de encuentros fijada, deberán las partes intentar mejorar las condiciones de trabajo para todo el personal.
Tal como detallábamos el martes pasado, fue a partir de unas asambleas realizadas hace más de una semana que los trabajadores definieron generar esta medida de fuerza a raíz de la discontinuidad repentina de dos contratos de trabajo temporarios, del hostigamiento a personal con limitaciones físicas que estaban siendo obligados a desarrollar tareas de mantenimiento general, en vez de actividades diferenciadas, incluso se disolvieron las vacaciones de más de 20 personas que habían contado con licencias por factores de riesgo ante el covid-19 y también en la planta de Suipacha se constataron demoras en el pago de salarios y aguinaldos pendientes.
Lo que también fue adelantado por Agrofy News, se confirmó en las últimas horas con un comunicado de Atilra en el que se describen estos hechos que no hacen más que puntear la disminución de derechos laborales, mientras que “que este es un paro por ocurrencia de la dirigencia sindical”, ya que “este es un paro de trabajadores por y para los trabajadores, ATILRA nuestro gremio nos brinda la asistencia, apoyo y el espacio legal y jurídico que la constitución y la ley tienen previsto”.
Son 550 empleados los que dependen en su sustento de las decisiones de esta empresa, que según ellos mismos detallan no tiene en cuenta cuestiones mínimas de buen trato con muchos de ellos y es para eso que se abre esta instancia de tratativas.
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