Un sector del gremio lechero no se resigna con la caída del fideicomiso de empresarios cercanos a un sector del poder y a pesar de entender un nuevo camino para la Cooperativa quieren paralizar la industria por 72 horas.
Por Elida Thiery - Hace pocos días se hizo una reunión en el Ministerio de Economía donde se explicitó que el Gobierno Nacional no iba a disponer de sus fondos para solventar un fideicomiso de empresarios que no tienen relación con el sector lechero, más que por un asesor, para entrometerse en SanCor Cooperativas Unidas Limitada.
Además de esto se comenzó a detallar la gestión de cobro de los 18 millones de dólares que Venezuela adeuda hace años, pero del mismo modo se comenzó a pensar la manera de mejorar los plazos de cobro que los gobiernos, nacional y provinciales, puedan mejorar en cuanto a los compromisos que hoy ya cumple la láctea y que permitiría mejorar la capacidad financiera para las obligaciones cotidianas.
De todo esto se habló en una reunión donde además de estar Sergio Massa, también estuvieron el secretario de Agricultura de la Nación, Juan José Bahillo; Fernando “Chino” Navarro, secretario de Relaciones con la Sociedad Civil y Desarrollo Comunitario de la Jefatura de Gabinete; el presidente del INAES; el presidente del Consejo de Administración, José Gastaldi, pero también hubo representación de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina.
Según manifestara el propio Navarro luego del encuentro, “el gremio tiene una actitud crítica frente a la empresa, es razonable, pero también tiene una plena colaboración y disposición a buscar soluciones, porque a ellos les interesa tener una unidad conceptual con el Gobierno y con SanCor, para que se salga de esta crisis. Observé es responsabilidad y plena disposición para colaborar en un plan en común que se va a empear a elaborar”.
Parece que esa actitud positiva no duró tanto y ya empieza un sector de Atilra a pedir apoyo a los secretarios generales de las diferentes seccionales para llevar adelante otro nuevo paro, como un intento de presión más bajo la justificación de una situación crítica que se vive desde hace años, que se fue mejorando y que lo último que precisa es tener una paralización de hasta tres días.
No permitir procesar leche golpea a cualquier empresa, pero es el método inmediato de Atilra para reclamar cualquier punto.
En una nota que comenzó a circular este miércoles la Agrupación “María Adrián Cornejo”, que nuclea a dirigentes del interior del país y que fuera presidida por Héctor Ponce, le solicitan precisamente a él como secretario general del Consejo Directivo Nacional que “con motivo del largo conflicto mantenido con la empresa SanCor CUL”, que “ponga a consideración de un plenario de secretarios generales un paro general en toda la industria láctea”.
Lo que indica es que en principio sería de 24 horas en esa Cooperativa, mientras que luego se sumarían 48 horas más, pero en toda la industria láctea nacional.
Atilra quiere parar por 72 horas a SanCor y por dos días a la lechería de todo el país.
Es el propio sector de Ponce el que remarca que con el fideicomiso de amigos, “la solución está”. Lo que no explica el gremio en la carta es que además de yo no estar en el Gobierno Nacional los funcionarios que lo impulsaban, aunque algunas figuras en el interior del país sigan ostentando poder, de no haber tenido nunca la habilitación de fondos públicos del Banco Nación para financiarlo, de no haber habido compromiso de los privados en poner sus fondos en la causa, ahora tampoco está el grupo de empresarios que se había conformado en su momento y que había operado para concretarlo.
Sin dineros públicos se terminó la voluntad de los privados, por eso SanCor debe hacer su camino por su parte, como siempre correspondió.
Es remarcable que a pesar que el gremio distingue que la situación de SanCor lo afecta, siempre se tuvo el acuerdo de Atilra para dar cualquier paso dentro de la cooperativa, incluso en situaciones de cese laboral, de cuotificación de salarios y aguinaldos, entre tantas otras cosas.
La responsabilidad de Atilra va más allá de sus representados, ya que es momento de entender que se debe pacificar la situación interna de la fuerza laboral, normalizar la producción y mejorar las condiciones frente a un mercado interno que no puede quitarse de encima el declive socio-económico nacional.
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