Los tamberos reclamaron cara a cara por la deuda de Lácteos Verónica

Por Elida Thiery (Bichos de campo) - Este miércoles no sólo la temperatura subió en los termómetros, como corresponde a la época del año, sino que en Clason, la pequeña localidad que aloja a una de las tres plantas de Lácteos Verónica, el ambiente se sintió raro cuando un grupo de productores se instaló en la puerta de la empresa.
El motivo del reclamo espontáneo era la presencia de uno de los dueños, Alejandro Espiñeira, en la industria. Fue un grupo de productores tamberos los que llegaron para hacer visible el reclamo por el dinero que les adeudan por su materia prima.
La mayoría de las deudas se acumularon desde comienzos de este año y hasta el mes de julio, cuando se rearmó la forma de trabajar de la láctea, que ahora sólo tiene en marcha a la planta de Lehmann, secando leche para terceros, en un esquema que en el sector se conoce como fasón.
Son los productores los que hoy tienen una situación más compleja que los trabajadores, porque sus deudas no están siendo canceladas, ni siquiera con mínimos adelantos, mientras que a los trabajadores se les paga de forma semanal, tal como se acordó hace dos meses y hasta el 8 de enero.
De una deuda total de 60 millones de dólares, sería el 30% (unos 18 a 20 millones de dólares los que se les aduedan a más de 150 tambos y eso es lo que motiva que el reclamo se haga visible, no sólo en la comunidad, sino frente a los responsables de la firma.
Los rumores comenzaron temprano en la mañana cuando se supo que Espiñeira estaba recorriendo la planta con otros empresarios. Algunas fuentes apuntan a Adecoagro, con quien existe un acuerdo de fasón, pero el cual podría ampliarse y así reactivar Clason. Sin embargo, otros hablan de una intención de compra de la planta, lo cual no está confirmado.
Fue a partir de este movimiento que trabajadores que están en contacto con los responsables de los tambos, por vínculos que tienen muchos años, les advirtieron sobre la novedad y de inmediato se organizaron para estar presentes y pedir hablar con las autoridades.
Aunque en un primer momento la situación escaló en algo de tensión, por la intención de entrar a la planta, luego la espera se hizo de manera pacífica afuera. Pasado el mediodía y cuando varios de los que aguardaban decidieron retirarse, Alejandro Espiñeira salió a intercambiar algunas palabras con los productores.
Lo que les manifestó es el agradecimiento “por la paciencia” que están teniendo en cuanto a la demora de meses en los pagos, lo cual generó que vínculos comerciales de muchas décadas se rompieran y para la mayoría, haberse llevado la leche a otras empresas es una manera de “no volver nunca más”.
Alejandro Espiñeira, que enfrenta un interna grande en su entorno familiar por el manejo y los destinos de la centenaria empresa, explicó que “va a pagar y que está haciendo lo imposible por reinventar la fábrica y poder pagar”, agregando que “cobrar van a cobrar”, pero que necesita reorganizarse.
A partir de esto, los productores se muestran más organizados, tal como lo adelantaba la semana anterior Bichos de Campo y no descartan nuevas maneras de exigir el dinero pendiente.
En este proceso que lleva años de deterioro, pero que tuvo en el mes de mayo su pico más álgido, a partir del momento en el que los trabajadores decidieron manifestar públicamente las demoras en los salarios y las complicaciones que esto significaba, desencadenando esto en una sangría de materia prima, que incluyó a la resultante de los tambos que los Espiñeira también tienen. La falta de leche cruda, de insumos para el trabajo, fueron la causa concreta de una paralización que sólo se revirtió con la buena voluntad de la gente.
Algunos dicen que el gremio sólo tendió a una suerte de arreglo temporal para los trabajadores, esperando algún tipo de beneficio como el consabido pago de deuda gremial y de obra social en primera instancia, como ya es habitual.
Claramente la situación sigue siendo compleja, sumando ahora la falta de paciencia de los productores, en una primavera donde la leche sobra, los precios no están tan acomodados y las deudas advierten más las urgencias.
A pesar de todo esto, como dato final, los nuevos delegados de la planta de Clason parece estar inmersos en otra realidad y para mañana están organizando una cena. El evento es en “agradecimiento” por haber sido votados por los afiliados y se iba a realizar el jueves desde las 21 horas en la seccional Totoras de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina, a último momento se postergó al 4 de diciembre.
Esto parece replicar lo que sucedía en diciembre de 2023, cuando SanCor estaba bloqueada, la gente sin cobrar salarios y mientras tanto en el boliche del gremio, a pocas cuadras de la casa centarl había un festejo, aunque sin conexión con la realidad.  
Mencionarlo públicamente generó molestias en el gremio, lo cual indica que es una decisión errada para el momento que viven los trabajadores.

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