Nerviosismo creciente al adormecerse el financiamiento del Banco Nación para SanCor

Desde la entidad financiera pública no habría voluntad de arriesgar 60 millones de dólares en un negocio de privados impulsado por la política. El grupo de empresarios amigos del Gobierno se juega a definir el tema en plazos acelerados por los malestares del poder que son de público conocmiento.

Por Elida Thiery - Desde que el Gobierno perdió las primarias en septiembre se empezó a acelerar la intención de desembarcar, con un modelo que se había intentado en 2006, en SanCor. 
La velocidad fue tal que en esa desesperación por perder pie en el manejo absoluto de los bienes del Estado, antes de contarle a la coooperativa láctea cuál era la idea, salió uno de los tres empresarios del modelo a hablar en un medio a modo de operación de presión, tanto para la firma con sede en SanCor, como para quienes lentamente venían trabajando en otras alternativas de financiamiento más reales.
De ese momento hasta ahora se fueron forzando reuniones, e incluso se terminó generando una convocatoria a una asamblea extraordinaria el 14 de enero, donde los delegados presentes que en nombre de parte de los socios-productores, aprobaron por unanimidad la conformación de un fideicomiso para poder salir a pedir fondos, con un destino previamente marcado.
Nunca se supo cuántos fueron esos delegados, ni tampoco trascendió el mensaje de presión que se les presentó para que no duden al momento de levantar la mano.
Es Atilra también quién le baja a sus afiliados adentro de las plantas un mensaje de colapso si esto no se concreta, pero es la desesperación por conservar el poder lo que moviliza semejante planteo, la exposición de una crisis que no es tal, porque SanCor sigue andando y lo seguirá haciendo, a pesar de tener cuentas por pagar y plazos por cumplir.
Existe un segmento dentro del sindicato que está esperando la definición de este tema en Sunchales para pararse frente a la conducción gremial nacional que se renovará este año.
Si bien se está terminando de delinear, para Atilra habría sólo una silla en el fideicomiso, pero sin manejo de fondos, lo cual no sería de igual manera para SanCor y mucho menos para Marcelo Figueiras, de Laboratorio Richmond; José Urtubey, de Celulosa Argentina; y Gustavo Scaglione, del Grupo Televisión Litoral y del grupo Vila-Manzano, aunque también para el asesor lechero Jorge Estévez, que no se atreve a dar detalles del tema; y finalmente el abogado Leonardo Salvatierra.
Al repetir la idea de 2006, donde quedó afuera Adecoagro de un sistema que hubiera articulado de mejor manera el negocio lechero, por la intromisión de Venezuela y Chávez, es la interna del Gobierno nacional que estalla en estas horas la que pone en riesgo la continuidad de esta idea.
No hay fuerza posible que hagan quienes ocupan los lugares del poder que pueda ocultar las intenciones. Ministros como Kulfas son los que tienen estrictos intereses en conseguir esto, pero también tiene su injerencia el responsable de Agricultura, al igual que jugadores políticos de la provincia de Santa Fe y empresas de este territorio las que intentan empujar este beneficio de pocos que puede terminar con la propiedad de los productores.
Falta confianza para que otros tamberos dejen a sus empresas actuales para pasar a entregar la materia prima de manera constante a este tipo de jugadores.
Han sido los mismos que se juegan el pleno por la disponibilidad de fondos públicos los que se encargaron de anular las intenciones de los espacios cooperativos que venían trabajando para encontrar una salida sencilla, pero un poco más concreta en cuanto a credibilidad y con fondos genuinos.

Se desvanece

Esta semana, el colega Juan Chiummiento publicó en Punto Biz una nota bien titulada que explica “Banco Nación baja el pulgar al plan del grupo que quiere tomar SanCor”.
El verbo es exacto, porque lo que se quiere no es ni salvar, ni mejorar a la láctea, sino que se la quiere tomar por completo.
Aunque la idea del fideicomiso es que se extienda a 15 años, con los primeros cinco años dejándole las utilidades totales del negocio a SanCor, con una progresión hasta el octavo año para dejar en el 80/20 ese reparto, a favor de los privados aventureros, no se aclaró en ningún momento cómo sería el camino, qué negocios se desarrollarían, ni mucho menos cómo podría ser la salida de los mismos a partir del primer día del año número 16.
La sospecha de muchos es que la intención no es siquiera llegar a ese momento, sino que con una administración más endeble de la que ya haya tenido la empresa, se la podría debilitar y luego repartir, como si fuera un juego de platos familiar, donde el que se queda con la sopera es el que más gana; y quizá quien consiga la marca tenga un mayor beneficio, aunque no se llevaría ni la calidad, ni la credibilidad.
Queda a la vista la intencionalidad de hacer un negocio de pocos y no un beneficio para la cooperativa, que no hay una planificación detallada, que es más el desconocimiento que la pericia en el tema lechero, que existe la simple intención de valerse de los dineros públicos para el tema y que nadie asegura un sendero de éxito para lo mínimo en SanCor.
Volviendo a la publicación de Punto Biz, donde se cita a una fuente del Banco Nación en su casa central, se explica que el pedido del grupo de amigos del Gobierno “no estaría caminando. Propusieron un fideicomiso donde ninguno de sus accionistas está poniendo ingresos y quieren que el banco finance los U$S 60 millones. No es un negocio para el banco y tampoco puede ser el único financista involucrado. Tendrían que armar otra alternativa y buscar otros bancos”.
Existe aún dentro del Banco Nación un atisbo de sentido común, ya que no todos están dispuestos a formar parte de una estrategia de financiamiento que sea todo riesgo para el Estado.
La explicación de la entidad financiera es clara, si no hay ni siquiera un mínimo riesgo de los privados, pero si un negocio netamente para ellos y para quienes los impulsan desde la política, no se puede gestionar.
El dinero es mucho, son algo más de 6.500 millones de pesos y no hay seguridades que sea el único préstamo que se pida, aunque también se entiende que es una cifra muy superior a lo que se precisaría para empezar las gestiones de ampliación de proceso de materia prima que se pretenden. De unos 650 mil litros diarios a 1,2 millones, ni siquiera llegando al tope por capacidad instalada de 1,5 millones.Todos datos surgidos de las operaciones mediáticas generadas por el grupo empresario.
Es incluso Urtubey, el “vocero” del grupo de amigos del Gobierno, el que sigue hablando sin decir nada en concreto, desconociendo incluso los negocios actuales de la Cooperativa, porque no puede aportar ni un detalle sobre cuál sería el primer movimiento interno, para realmente lograr una mejora en el mercado nacional o en cuanto a exportaciones.
Crecen las tensiones en el grupo de empresarios, porque ven que los plazos corren y se aleja la posibilidad de un financiamiento gratuito. Si llegara a gestionarse semejante préstamo sería más rápido que para cualquiera que quiere comprar algo más que con una tarjeta de crédito y también se acoplaría a movimientos sospechosos como los que en su momento se dieron, en otra proporción de empresa, sobre Vicentín.
Muchos de los que dentro del Gobierno señalaron las irregularidades del Nación respecto a la cerealera, e incluso avanzaron sobre la idea de expropiación, son ahora los que están detrás de esta gestión irregular, siempre con dineros públicos.
Si realmente estos empresarios quieren meterse en este negocio, el de una lechería muy complicada, que repartirá desde su inicio réditos para todos los que lo impulsan, quizá deberán arriesgar algo de patrimonio propio, tal como le sucede a cualquier persona o empresa que quiera emprender un camino nuevo para seguir generando regalías.

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